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viernes, abril 17, 2015

#RSGECU2015: Ágil es algo que eres, CMMI es algo que usas

#RSGECU2015: Ágil es algo que eres, CMMI es algo que usas
Este viernes 17 de abril, presenté en el Regional Scrum Gathering 2015, en Quito, mi disertación sobre Ágil y enfoques tradicionales. Mi asunto principal es que los métodos ágiles no tienen por qué entrar en conflicto con otros modelos o enfoques de construcción de software, no es la idea de ser ágil o, al menos, no está en el flujo de un proceso de transformación a ágil echar tierra a las prácticas existentes en una organización, como erróneamente pregonan muchos. Los líderes de los procesos actuales pueden y deben trabajar en conjunto con los nuevos líderes para que estos últimos obtengan los beneficios de ambos universos y aprovechar esa sinergia para mejorar dramáticamente el rendimiento del negocio.

Para apoyar este concepto, expliqué que los modelos tipo CMMI, PMI e ISO nos dan una idea de cuales procesos son necesarios para mantener una organización madura y disciplinada, capaz de predecir y mejorar el desempeño de la organización misma y de los proyectos. Entre tanto, las técnicas ágiles proporcionan guías para un manejo eficiente de los proyectos de una manera que permite alta flexibilidad y adaptabilidad. Al mezclar los dos enfoques, la filosofía ágil asegura que los procesos se implementen eficientemente a la vez que aceptan los cambios; y los modelos tradicionales aseguran que se consideren todos los procesos relevantes.

Pero de inmediato fui al centro de mi exposición: una de las grandes diferencias, radicales por demás, entre los métodos tradicionales y los ágiles es que estos últimos son generativos, no prescriptivos. Los procesos necesitan evolucionar según las necesidades, no prescritos con anticipación. Un enfoque prescriptivo genera procesos complejos y complicados, mientras que un enfoque generativo comienza con un conjunto de procesos simples y adiciona otros a medida que se requieren.

La filosofía ágil reconoce que los procesos de software más efectivos no pueden definirse por adelantado; es un proceso continuo. Los métodos tradicionales se enfocan en definir y reforzar procesos y gastan muy poco tiempo en identificar y entregar lo que los usuarios necesitan. Aunque su propósito es mejorar la consistencia y la calidad, esto muchas veces se consigue a expensas de la productividad y la entrega. El enfoque tradicional de procesos tipo CMMI también usa herramientas monolíticas y pesadas que causan construcciones frágiles y traspasos inefectivos entre desarrollo, pruebas, despliegue y operaciones.

Lo que siguió fue enfatizar en lo que significa ser ágil: específicamente, la interiorización y la práctica de los Valores y Principios del Manifiesto Ágil, nada alejado de lo que se está hablando en el  #RSGECU2015.

Hacia el final quise poner mi propio manifiesto, el ‘Ágil es algo que eres…’, se trata de la persona, no de las cosas ni de los procesos. Ya lo he dicho en otras oportunidades, ser ágil significa reemplazar la predictibilidad falsa por la eficiencia.

¿Quieres saber más?

Pueden descargar la nueva versión de la presentación haciendo clic aquí o en esta dirección: http://goo.gl/leJ5N8.


No olviden escribirme con sus inquietudes o sugerencias a lucho.salazar@gmail.com o en el foro del blog.

jueves, marzo 05, 2015

De historias de usuario, culturas y del arte de narrar historias

“Yo no sé muchas cosas, en verdad,

Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto que la cuna del hombre
la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre
los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre
lo taponan con cuentos.
Y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos…
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos
y sé todos los cuentos ...”
[León Felipe, Aguaviva.]

La vida es una alegoría, los seres humanos no solo estamos configurados como cuerpos biológicos abastecidos de estímulos y pulsiones, pues nacemos en un entorno social y por tanto nos relacionamos, desde lo más esencial –lo familiar, hasta lo más universal, con nuestros semejantes. Pero además poseemos una visión personal para interpretar nuestra cotidianidad, tenemos ideales y pensamientos, emociones y aversiones que nos hacen actuar  de formas particulares al interpretar nuestra realidad.

En todo esto, la narración de historias juega un papel muy importante  en la construcción de conocimiento. La narrativa es una forma de caracterizar los fenómenos de la experiencia humana. Dice Ivar Jacobson en su libro Casos de Uso 2.0 que “la narración de historias permite a las culturas sobrevivir y progresar; es el camino más simple y más efectivo para pasar el conocimiento de una persona a otra. Es la mejor manera de comunicar lo que un sistema debe hacer y hacer que todo el mundo trabaje en el sistema sobre los mismos objetivos.” [1]

Las historias (de usuario) establecen una manera de organizar y comunicar experiencias. Las personas usan instintivamente la narración de historias para organizar un cúmulo de ideas que consideran disperso; además, gracias a ellas pueden organizar lo que saben acerca de su trabajo y de cómo lo hacen. Al narrar historias, las personas nos invitan de una forma u otra  a investigar sus pensamientos, sus sentimientos y sus intenciones. Finalmente, como oyentes y más tarde como lectores de las historias de usuario, adherimos a los acontecimientos, como una exploración de la experiencia de los usuarios, entendiéndolas mejor y de la forma más completa posible, pero sobre todo, comprendiendo su valor real.

Quienes transitamos a diario por el vasto universo del diseño y construcción de productos de software sabemos que es importante enfocarnos en el valor que estos prestarán a sus dueños, los usuarios, y a otros interesados. El mismo Jacobson dice que “solo se genera valor si el sistema se usa realmente; así, es mejor enfocarse en cómo se usará el sistema que en las largas listas de funciones o características que ofrecerá.” [2] Y agrega más adelante: “es fácil capturar y validar la completitud de las historias y estas, a su vez, facilitan filtrar las formas potenciales de usar el sistema que ofrezcan poco o ningún valor real a los usuarios. Este foco constante en el valor permite asegurar que cada entrega del sistema sea tan pequeña como sea posible, a la vez que tenga valor real para los usuarios del sistema y para los interesados que financian el desarrollo.” [3]

Cuenta las historias, no las escribas

En su libro “Fifty Quick Ideas to Improve your User Stories”, Gojko Adzic & David Evans [4], compilan una serie de conceptos sobre cómo mejorar nuestras historias de usuario o, mejor aun, sobre cómo mejorar el desempeño del equipo ágil usando la técnica de las historias de usuario. Me interesó mucho la primera de esas ideas, muy acorde a mi interés actual sobre las historias y la supervivencia de las culturas. Esta idea es precisamente la del título de esta sección: cuenta historias, no las escribas.

Uno de los errores más comunes de las personas que empiezan a usar prácticas ágiles es creer que las historias de usuario son requisitos livianos. Las historias de usuario no son requisitos, son más bien una carta de intención de lo que queremos que haga el sistema, son recordatorios para conversaciones que tendremos más adelante, el Equipo de Desarrollo y el Dueño de Producto, pero definitivamente no son requisitos. Este malentendido conduce a situaciones en que las historias sean recolectadas en herramientas de gestión de actividades, con muchos detalles escritos o proporcionados por representantes del negocio.

Nada más alejado de una buena práctica. Las historias de usuario implican un modelo totalmente diferente, Gojko y David lo llaman “requisitos por colaboración”, un modelo donde la transferencia de conocimiento vía documentos “pesados” se reemplaza por involucramiento y colaboración, al mejor estilo del Manifiesto Ágil. Ya sabemos que la conversación cara a cara es la forma más efectiva de comunicar información y que una buena discusión entre los interesados y el equipo ágil lleva a mejores preguntas/respuestas, opciones e ideas del producto. Cuando los requisitos se escriben, aun si los llamamos historias de usuario, estas discusiones nunca suceden y las mejores ideas se pierden para siempre. Tengo algo de experiencia en esto, pasé dos décadas escribiendo requisitos de software, todo tipo de requisitos, todo tipo de productos de software.

La recomendación es simple, avanzan Adzic y Evans en su libro: intenta contar historias o que te cuenten historias, en vez de escribirlas. Usa tarjetas físicas o un sistema de tiquetes electrónicos, pero solo como recordatorios de esa conversación que tendrás más adelante. No gastes mucho tiempo tratando de descifrar los detalles de las historias con anticipación. Compromete a los interesados del negocio e involucra a los miembros del equipo en una discusión, busca distintas perspectivas de la historia y explora opciones. Esta es la forma de acceder a los beneficios reales de trabajar con historias de usuario.

Beneficios clave de contar historias

Las discusiones permiten a los representantes del negocio, no solo explicar lo que quieren, sino también asegurarse de que los miembros del equipo entiendan esto correctamente. Uno de los mayores problemas en los modelos tradicionales son los malos entendidos entre los distintos roles en el equipo y entre los interesados, entre quienes existen niveles heterogéneos de conocimiento acerca de las necesidades de cada uno, complemento además del ya típico fenómeno del “teléfono roto” [5]. Es un hecho, explicar una historia cara a cara evita caer en vacíos de conocimiento sobre la historia.

El segundo beneficio, apuntan Adzic & Evans, es el análisis más rápido. Cuando el equipo completo se involucra en una discusión, los vacíos funcionales, las inconsistencias y los requisitos no claros se descubren más rápidamente que cuando una sola persona (léase Analista del Negocio o similar), escribe los detalles.

Pero el beneficio más importante de la comunicación cara a cara, comparada con el paso de información vía documentos, es que la primera produce mejores soluciones, mejores productos. Para ser capaz de construir buenas soluciones, las personas necesitan conocer los planes y las oportunidades del negocio, entender el dominio del problema, tener un conocimiento profundo de las restricciones técnicas estar al tanto de las nuevas tecnologías que potencialmente les puedan servir. Involucrar a un grupo de personas en el análisis desde diferentes perspectivas ayuda al equipo a beneficiarse del conocimiento compartido.

Como lograrlo

La excusa más común para llenarnos de documentación es la insistencia del negocio en la aprobación formal, las regulaciones legales o gubernamentales o las dependencias con terceros. Si es necesario “firmar” las historias hazlo a medida que las discutes. Es más, si el alcance final debe ser aprobado por varios interesados en el negocio, involúcralos en las reuniones de Refinamiento, días antes de la reunión de planificación del Sprint donde se van a construir las historias. En cualquier caso, el Dueño de Producto juega un papel muy importante en la consecución de tales aprobaciones. Es una de sus responsabilidades directas.

Como siempre, ensaya distintos acercamientos y en cada retrospectiva analiza como le fue a tu equipo. Como dice el refrán, la experiencia no se improvisa. Hasta allí el tema, recomiendo amplísimamente los libros que usé como referencia

Referencias

[1] [2] [3] Ivar Jacobson et all. Use Case 2.0. Ivar Jacobson International. 2011. Traducción de Luis Antonio Salazar y Carlos Mario Zapata.

[4] Gojko Adzic & David Evans, Fifty Quick Ideas to Improve your User Stories, © 2013 – 2014 Nueri Consulting LLP

[5] Conocido también en algunas culturas o regiones como el fenómeno o el juego del “teléfono descompuesto”

Para saber más de historias de usuario puedes leer mi serie de artículos en este mismo Gazafatonario:

http://goo.gl/iJvj7
http://goo.gl/NZv4vj
http://goo.gl/e1DSVh
http://goo.gl/eGHQQU

lunes, febrero 16, 2015

“No puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas”

Sobre el cambio a ágil, temores infundados y penas frívolas
“No puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas”

“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo... del miedo al cambio.”
[Octavio Paz (1914-1998) Poeta y ensayista mexicano]

Todavía me encuentro con muchas personas que creen que ‘saltar al ecosistema ágil’ es como en las películas donde después de un ataque al gobierno, a veces por parte de alienígenas, a veces por parte de un gobierno enemigo, se dan a la búsqueda de los jóvenes y niños ‘genios’ de las universidades para que les resuelvan el misterio o le decodifiquen el mensaje cósmico. Lo bueno de esas historias es que siempre hay alguien que lo logra, a veces solo, a veces en compañía de alguien que para lograrlo viola un sinnúmero de leyes y comete muchos delitos en simultáneo. Otros son más facilistas y quieren usar la máquina del tiempo para ir al momento justo antes de que los modelos y enfoques tradicionales salieran a la luz pública y borrarlos de la historia. ¡Eso ya no es posible! Al menos no con una máquina.

Lo bueno de Ágil es que no tenemos que ser súperdotados para practicarlo ni para ser exitosos. Es más una cuestión de disciplina, de ganas, un deseo inacabable de ser feliz (o de volver a serlo) en el trabajo y de juntarse con las personas adecuadas. También es cuestión de pensar un poco, de entender cuáles son los problemas mayores de las organizaciones y de las personas cuando intentan dar el salto a una nueva forma de ver e interpretar el mundo. Hay dolores superficiales, pero también hay enfermedades crónicas cuyos síntomas no son tan evidentes; para completar el cuadro clínico, hay penas que traspasan lo físico y se quedan en lo puramente espiritual, son difíciles de detectar y mucho más de erradicar, de sanar.

Conocer los miedos no solo de los interesados sino también de los patrocinadores, de quienes toman las decisiones, por ejemplo, es un buen comienzo. He encontrado que muchos de ellos/ellas temen no alcanzar el éxito en el proyecto de transformación y quienes no, imaginan o sospechan que pueden perder su lugar en la organización una vez se dé el cambio, asunto que está bastante alejado de la realidad a no ser que la persona no se adapte al nuevo entorno. En este último caso, tendríamos que preguntarnos si en realidad ya estamos en el punto que queremos.

Quizás entonces el entrenamiento y el soporte no ha sido el adecuado. A veces nos quedamos en las áreas de tecnología, cuando ‘Ágil’ es un asunto de toda la organización. El papel del Scrum Master es fundamental en este aspecto y no nos digamos mentiras (al menos no entre nosotros), los buenos Scrum Masters, los verdaderamente buenos, son difíciles de encontrar: ellas o ellos necesitan tener lo que llamamos comúnmente ‘don de gentes’ y también habilidades en lo ágil y también conocimiento técnico y todo esto junto es muy difícil de encontrar en una sola persona.



Algunas otras dificultades ya son ‘clásicas’: cambiar de un enfoque de ‘comando y control’ tradicional a un enfoque de autoorganización, al mejor estilo Scrum, es una tarea espinosa por no decir algo indecible. Este es un aspecto que impacta a los mandos medios de una compañía, por ejemplo, a la habitual oficina de proyectos o PMO que llaman en algunos entornos. Es precisamente en esta oficina donde comienza el cuestionamiento de lo que puede ser y no es: ¿entonces qué hago con todos los gerentes de proyecto que tengo? He escuchado decir. Encontrar una justificación válida para esto es arduo, imposible dirán algunos. Pero en general, todas las personas tienden a sentir miedo, por aquello de los equipos multifuncionales, donde el poder de la especialización de una persona se pierde. En este mismo orden de ideas, abandonar la falsa seguridad que dan los planes a mediano y, sobre todo, a largo plazo, que nunca han funcionado, en pro de planes a corto plazo, es algo que enciende las alarmas de más personas en la organización de las que quisiéramos contar. Miedo al cambio, natural por demás, es el tema de fondo.

Algunos otros obstáculos que he encontrado:
  • Conseguir que las áreas del negocio y la alta dirección se involucren efectivamente
  • Lograr la confianza y la autonomía que requieren los equipos ágiles y, sobre todo, el equipo de transformación
  • Qué hacer con la jerarquía existente en las organizaciones donde el escalafón de las personas es algo ‘valioso’, es una pregunta que deberíamos responder al iniciar el cambio
  • Crear, preparar y promover un equipo ‘colonizador’ o mejor aún, un equipo ‘conquistador’, punta de lanza, que se atreva a hacer las cosas, a ir más allá de donde nadie en la compañía ha llegado. Este es un asunto vital.
  • Desaprender los hábitos del desarrollo en cascada, del comando y control, del esperar a que me digan qué hacer, del llenar documentos por llenar y todos esos aspectos que aborda el manifiesto ágil en toda su extensión. Sobre este asunto, los invito a leer: ‘Respuesta al cambio sobre seguir al plan: no planearás’, aquí mismo en este Gazafatonario.
  • No intentar cambiar a las personas que no quieren cambiar. La naturaleza humana evade el cambio o se resiste a este cuando alguien intenta cambiarla. Cuando la dejan en paz, cambia por sí misma… ¡si quiere!
  • Finalmente, pero no menos importante, cambiar la cultura de la compañía, en ágil todo es acerca de la cultura. Pero sobre esto pueden leer mi artículo: ‘Cultura ágil: ese oscuro objeto del deseo’, aquí mismo en mi Gazafatonario.
  • Más allá de todo, recordar que ser ágil significa reemplazar la predictibilidad falsa por la eficiencia.

Cambia... Hay un gran chance de que el nuevo día sea radiante.



jueves, noviembre 27, 2014

Antipatrones Scrum: primer acercamiento


“Scrum es como el ajedrez. O lo juegas como lo dictan sus reglas, o no lo juegas. Scrum y el ajedrez no fallan ni aciertan. O los juegas, o no.” Ken Schwaber [1]
Presentación, o de la relación que tiene Bruce Lee con un arquitecto de apellido Alexander, una banda de los cuatro, Chuck Norris y Kent Beck

Las llaman ‘malas prácticas’, a mí me gusta llamarlas ‘prácticas fuera de contexto’; en el entorno ágil, algunos incluso hablan con humor de ‘Scrum Norris’, refiriéndose a aquel actor de Hollywood, Chuck Norris, quien apareciera por primera vez en 1972 en una película del legendario Bruce Lee, La Furia del Dragón, y que se hiciera popular por allá en los años 80 con películas de acción como Ojo por Ojo, Perdidos en Acción y Fuerza Delta y donde, a pesar de la incesante acción, no sufría ni un rasguño, ni siquiera se espelucaba. Los más técnicos y aventajados penetran la barrera científica y las llaman ‘Antipatrones’. Pero para usar este último término, primero definamos qué es un patrón, en nuestro contexto.

Quizás todos recordamos los súperarchipopulares ‘patrones de diseño’ [2] de los también súperarchifamosos ‘banda de los cuatro’ (Gang of Four), compuesta por Erich Gamma, Richard Helm, Ralph Johnson y John Vlissides, quienes a su vez basaron su investigación en el trabajo de un Arquitecto (no de software), Christopher Alexander, quien por allá a finales de los 70, dio origen al tema como un concepto arquitectónico. Lo curioso de este asunto es que no fueron Gamma y su banda quienes primero tomaron ese concepto de Alexander: fueron los mismísimos Kent Beck y Ward Cunningham quienes en 1987 comenzaron a experimentar con la idea de aplicar patrones a la programación de computadores y presentaron sus resultados en el OOPSLA de ese año.

Toda esta historia, que siempre me ha parecido fascinante, porque es en la que se basarán los antropólogos de la TI en el futuro para descubrir al resto del universo de donde proviene la inteligencia artificial: las máquinas que piensan, los robots que hablan mejor que los humanos y los computadores ópticos, toda esta historia, simplemente para entender que un ‘patrón’ es una solución reusable a un problema común y recurrente dentro de un contexto. Pero ojo, un patrón no es una solución terminada, en cambio, es una descripción de cómo solucionar un problema.

Finalmente, hay patrones de Análisis (Fowler), patrones de diseño (Gamma et all), patrones de programación (Beck), patrones de pruebas (Binder), etcétera. Por supuesto, están los patrones en los métodos y en las prácticas y en los procesos. Pero de todo esto hablaremos en otra oportunidad. Lo que me ocupa esta vez son precisamente los Antipatrones Ágiles, en general, y los de Scrum, en particular.

Antipatrones Scrum: una primerísima aproximación pragmática

Un Antipatrón es, entonces, la antítesis de una solución a un problema recurrente. En el caso de los métodos y prácticas (ágiles), son actividades, procedimientos o rutinas, usos o hábitos, que personas dentro de una organización o entorno adquieren o ejecutan, con la idea de que son la forma ‘correcta’ de hacer las cosas. Estas malas prácticas se dan por múltiples razones. Aquí algunas de las respuestas más frecuentes que escucho en mi trasegar ágil:
  • Siempre lo hemos hecho así
  • Nuestras condiciones son únicas, entonces debemos hacerlo de esta manera (¡la madre de todas las entelequias!)
  • Hay temor al cambio (la más natural de todas estas especulaciones, el miedo es algo inherente al ser humano. Es quizás este miedo el que infunde los demás motivos expuestos aquí. No en vano León Felipe dice: “el miedo del hombre…ha inventado todos los cuentos.” [3])
  • La teoría, lo que dicen los libros y los manuales (léase Guías) no nos aplica
  • Tenemos regulaciones que nos impiden hacerlo de otra forma
  • No hemos tenido entrenamiento ni acompañamiento (de expertos en la materia)
Quizás esta última sea la razón cardinal de que las organizaciones se desvíen de las prácticas propuestas en Scrum por distintos motivos y de que las implementaciones prácticas de Scrum rara vez sigan los ideales de los libros de texto y mucho menos de sus autores. Es probable que algunos de esos porqués estén bien respaldados y sean sensatos, como lo hemos abordado en algunos ambientes, sin embargo, la gran mayoría de las veces las organizaciones no alcanzan a distinguir netamente las secuelas que se derivan de tomar esas desviaciones y se sienten tentadas a ajustar, a ‘acomodar’ Scrum y otras prácticas ágiles para ellas.

He estado allí: muy tarde se dan cuenta estas organizaciones que han caído en un sinfín de malas prácticas o en unos hábitos inadecuados para las personas, para los equipos y para la organización misma. Los resultados infaustos empiezan a aparecer cuando tratamos de ir un poco más allá: ‘bueno, ya que hacemos Scrum, agreguemos TDD y refactoring’ o ‘ya que hemos gestionado dos o tres proyectos con Scrum, llevemos esto a nivel corporativo’. Personas quemadas, clientes/usuarios que no ven la diferencia con métodos anteriores (léase Cascada, WaterRUP, etc.) o modelos de calidad como CMMI, COBIT, PMI y familiares.

Ahora bien, es cierto que en un lapso de tiempo relativamente breve, desde el ascenso de los arquetipos, poéticos por demás, del Manifiesto Ágil, muchas organizaciones se han afiliado a alguna forma de trabajo ágil. Pero lo que realmente está sucediendo cuando alguien dice “somos ágiles”, es “estamos usando algunas prácticas o ideas de Scrum y de otros métodos o prácticas ágiles”, algo que se conoce ordinariamente como ScrumBut (en español, ScrumPero –algo así como: ‘sí, usamos Scrum pero…’, donde este ‘pero’, quiere decir muchas veces: no tenemos Dueño de Producto, o no hacemos reuniones diarias, o el Scrum Master es el mismo Arquitecto de software o el gerente del proyecto, o no tenemos ‘definición de terminado’, entre muchas otras cosas y, con frecuencia, un compuesto de varias de estas).

Primera lista no exhaustiva, incompleta, de antipatrones Scrum

Hasta aquí la perorata, a manera de introducción. Lo que sigue es una lista de esas prácticas fuera de contexto, o antipatrones.
  1. “Nuestro Scrum Diario tarda 30 minutos o más, hablamos mucho de todo”, emparentado con “no hacemos Reunión Diaria porque no le vemos sentido”. Ya sé, tus tareas tardan 20, 30 o más horas y cada día que se reúnen, tus actividades siguen “en progreso”. Por eso no tiene sentido reunirse cada día.
  2. “Hablamos con el Dueño de Producto cada 2 o 3 semanas, durante la reunión de planificación”
  3. “Nuestro Sprint 0 es de nunca acabar, estamos detallando todos los requisitos”, también conocido como el ‘contraataque de la Cascada’
  4. “No sabemos donde está el Backlog del Producto”, o del ‘extraño caso del backlog de producto misterioso’
  5. “No tenemos definición de terminado”, familiar de “nuestro ‘trabajo en progreso’ es ilimitado”
  6. “No hacemos retrospectiva porque todo funciona muy bien con Scrum” o “nuestras retrospectivas son una oda a la autolaceración”. Me sé muchas otras con nuestra reunión favorita de regresión y análisis. Una, a propósito de Scrum Norris: ‘Cuck Norris no necesita Revisiones ni Retrospectivas. No hay espacio para el mejoramiento en los procesos de Chuck Norris’.
  7. “Nuestros Scrum Masters están en piloto automático”. A estos los ascendieron en esta década a zombis. ¡Estamos llenos de Scrum Masters zombis! Necesitamos un proyecto ‘Alice’ que acabe con esa disfunción.
  8. “Sí, hacemos sprints de 2 semanas, pero no entregamos valor al negocio”. Estos son los del enfoque iterativo e insustancial. El producto resultante es una colcha de retazos
  9. “Nuestros equipos son elásticos: sus miembros entran a y salen del equipo en cualquier momento del sprint y en cualquier sprint”
  10. “En la organización cambiamos el modelo de gestión del PMI por Scrum, pero el resto del proceso lo dejamos tal cual estamos certificados CMMI”
Suplemento
  1. “Nuestros Scrum Masters están asignados a 4, 9 y hasta 17 proyectos simultáneamente”, mejor conocido el Pulpo Ágil
  2. Nuestros clientes aceptan que usemos Scrum pero los proyectos son tiempo fijo-costo fijo-alcance fijo y el cronograma lo debemos entregar el primer día”
Por ahora solo la lista, pero mi análisis irá mucho más allá. Cuál es el contexto donde típicamente ocurre la mala práctica, cuál es la recomendación de Scrum/Ágil para cada eliminar el antipatrón de la faz de la tierra (bueno, al menos, del entorno donde se presenta), cuáles son las consecuencias de insistir en el mal-uso de la práctica, cuál es la solución (al menos, parcial) y, quién sabe, quizás alguna que otra excepción en la que el uso del antipatrón se justifique. ¿Es esto último posible? Yo no lo sé de cierto, lo supongo.

Colofón

Finalmente, quiero referirme a la frase inicial que usé para abrir este primer incremento sobre el tema: tiene razón Schwaber al hacer la analogía de Scrum con el Ajedrez. Las reglas de este juego son pocas y bastante simples, sin embargo, las estrategias existentes para jugarlo son diversas. Y hay un momento en el juego de la ‘Torre’ y el ‘Alfil’, llamado el ‘juego medio’ por los estudiosos, que se parece mucho a cuando los equipos de construcción de software juegan al diseño y a la programación usando las maniobras de Scrum: es cuando se requiere de creatividad, innovación, anticipación; es cuando precisamente nos damos cuenta que el desarrollo de software, como el Ajedrez, es jugado por personas, no por procesos ni herramientas.

Volveré con más antipatrones… ¡pronto! Mientras tanto, cuéntame cuáles malas prácticas o antítesis de excelencia, te has encontrado al ingresar a este apasionante pero complejo universo del desarrollo de software con métodos y prácticas ágiles.

Referencias

[1] Blog de Ken Schwaber: abril 7 de 2011:
https://kenschwaber.wordpress.com/2011/04/07/scrum-fails/

[2] Gamma, Erich; Richard Helm, Ralph Johnson, and John Vlissides (1995). Design Patterns: Elements of Reusable Object-Oriented Software. Addison-Wesley. ISBN 0-201-63361-2.

[3] Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido como León Felipe (Tábara, Zamora, 11 de abril de 1884 - Ciudad de México, 18 de septiembre de 1968), fue un poeta español. Este es su poema “Sé todos los cuentos”:
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos.


martes, octubre 21, 2014

Por qué usar métodos + prácticas ágiles

Anualmente, la consultora VersionOne.com publica un estudio sobre el uso de metodologías y prácticas ágiles. Este año, el estudio llegó a su octava edición. El estudio dice, por ejemplo, que Scrum es el método más ampliamente usado en el ecosistema ágil y así ha sido en los últimos 8 años, mismos en los cuales se ha incrementado su uso desde un 40% hasta el 55% de este año. Además, otros sabores de Scrum, combinados con métodos o prácticas como XP y Kanban también son bastante usados. Es un hecho, Scrum está aquí para quedarse.

Clic en la imagen para ampliar
Fuente: VersionOne.com. 8th Annual State of Agile Survey

Pero quiero referirme es a las principales razones por las cuales se usa Ágil. El estudio dice en esta sección que los 3 motivos primordiales que dieron los participantes de la encuesta son:
  • Acelera la salida del producto al mercado: 23%
  • Maneja más fácilmente los cambios en las prioridades: 16% y
  • Mejora la alineación del negocio y de la IT: 15%

Clic en la imagen para ampliar
Fuente: VersionOne.com. 8th Annual State of Agile Survey

El 75% de los encuestados considera que es muy importante o de la más alta importancia el que los métodos ágiles aceleren la salida del producto al mercado. Este es el principal beneficio de usar prácticas y metodologías ágiles. Las salidas “tempranas” se logran construyendo el producto de manera orgánica, en iteraciones cortas de 4 semanas o menos, con preferencia al tiempo más corto posible. Y si bien es cierto que es posible no salir a producción al final de cada iteración, siempre debemos planear para que haya entregas a Operación cada muy pocas iteraciones.

Los equipos ágiles no congelan las prioridades ni las firman con sangre. Es el usuario (por ejemplo, el Dueño de Producto en Scrum), quien establece qué quiere ver primero y qué quiere ver más adelante. En consistencia con el aspecto anterior, es el usuario quien tiene la última palabra en el orden de prioridad conque el mercado llega al mercado o a los usuarios finales. Se trata además, de software con valor, recordemos que en Ágil todo es acerca de entrega de valor al negocio.

En ese mismo orden de ideas, la alineación de la IT con los objetivos del negocio siempre ha sido uno de los pilares de los métodos ágiles, de hecho, tiene sus cimientos en aquel valor del Manifiesto Ágil de Colaboración con el cliente sobre la negociación contractual. Recordemos también que los desarrolladores y el negocio trabajamos juntos cotidianamente durante todo el proyecto, o así reza uno de los principios del Manifiesto. El 65% de los encuestados respondió que esta razón es muy importante o de la más alta importancia para ellos a la hora de hace uso de las metodologías ágiles.

El estudio completo lo encuentran en versionone.com.


miércoles, julio 16, 2014

Certificar un proveedor como Ágil o de la 'Agile Certified Provider Alliance'

Generalmente ganamos la confianza de aquéllos en quienes ponemos la nuestra.” [Tito Livio]
Certificar un proveedor como Ágil o de la Agile Certified Provider Alliance
Hace algunos días, nuestro amigo y colega Jorge Abad decía en un mensaje a la Comunidad de Ágiles Latinoamérica:
Me hacen esta pregunta desde una empresa del estado que realiza grandes contrataciones de proveedores: ¿Existe una lista de chequeo estándar para validar si una empresa es ágil y usa las prácticas de ingeniería adecuadas para ágil?
Al margen de que sea o no una empresa del estado, la pregunta tiene su truco. En cualquier caso, esta fue mi respuesta a Jorge:

Watts Humphrey, el padre de CMMI, decía que certificarse CMMI 5 significaba que tu siguiente proyecto iba a ser exitoso. Él no decía nada de los demás proyectos. Es natural, la organización recién certificada “respiraba” CMMI, calidad, procesos, productividad y motivación, algunos de los elementos clave para el éxito de los proyectos.

¿Pero y los demás proyectos, los que siguen a continuación de ese?

Igual sucede con Ágil. Aun si el cliente visita al proveedor potencial, este último le puede demostrar a aquel (¡a no ser que sea una visita sorpresa!), que es Ágil.

¿Pero y los demás proyectos? [Acá entre nos, no existe ninguna posibilidad de que una lista de chequeo sirva para probar que un proveedor es ágil. Existen listas como esta de Henrik Kniberg (http://goo.gl/QnQUN), una herramienta para evaluar una implementación de Scrum, tratar de encontrar algo más allá es una utopía.]

Quienes hemos navegado por los vericuetos, a veces inescrutables, de las certificaciones de todo tipo, que nos proclaman como los poseedores del vasto poder del conocimiento y la experiencia, sabemos que eso no es suficiente y que, en muchos casos, eso no garantiza el éxito. Sobre todo, en nuestras economías tercermundistas, con nuestra idiosincrasia, con nuestra forma de ver el universo.

¿Qué vale entonces?

¡La confianza!

Aun una entidad del gobierno, debe dar el salto y modificar su “modus vivendi” (Sí, lo sé, no es fácil –pero igual, aun una entidad del gobierno debe saber que “ser ágil no es solo cosa de sus proveedores”, la organización también debe transformarse), para que pueda ser capaz de hacer pilotos, evaluar los resultados y luego sí, ajustar con el probable proveedor o desecharlo de una vez por todas y para siempre, condenarlo a 100 años de soledad, esa fatídica maldición de los que no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.

Incluso quizás unos cuantos sprints no serán suficientes. Más aun, ¿cómo comprobar al final de varios proyectos si tu proveedor es ágil? ¿Acaso es posible probar que parte del equipo no es ágil (el equipo de desarrollo –del Proveedor) y parte sí (acaso el Dueño de Producto y quizás el Scrum Master –del Cliente)?

Estaba reflexionando con toda esta perorata y mi conclusión es que no es posible, al menos no tiene mucho sentido que este cliente del estado, o cualquier otra empresa privada o de gobierno, evalúe si un proveedor es ágil.

Quizás el proveedor sí es ágil, pero cuando se junte con el cliente deje de serlo.
Quizás no lo es, pero cuando se junte con el cliente aprenda a serlo.
Quizás sí lo es y cuando se junte con el cliente, siga siéndolo.

En fin, las posibilidades son variadas.

¡Estamos de vuelta en la Confianza! Martín Alaimo, dice en su libro “Equipos #MásProductivos”, citando a su vez a Gorerg Simmel, que “La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro” y más adelante él mismo dice: “La confianza que inspiro en otros sobre mí, la construyo y la sostengo a través de mis acciones.”

Algunos miembros de la Comunidad le respondieron a Abad que era una cuestión de “feeling”. Yo, por ejemplo, tuve varias novias (2 al menos) antes de quedarme con quien es mi esposa, no era la más bonita pero sí la que más confianza me generó. Y eso, mi estimado Jorge, no se consigue con una lista de chequeo ni con una visita a casa de los padres de la novia. ¿Quién sabe? Quizás mañana me divorcie.

martes, julio 01, 2014

Respuesta al cambio sobre seguir un plan: ¡no planearás!

“El plan no es nada, la planificación lo es todo”. Eisenhower
Imagen cortesía de Vichaya Kiatying-Angs / FreeDigitalPhotos.net
Basado en hechos históricos

Natalia es gerente de proyectos de una importante compañía proveedora de servicios de tecnología. Es la encargada de la operación en uno de los clientes más grandes de la empresa: un conglomerado de telefonía móvil. Hacia el final de esta mañana la llamó el director de mercadeo de esa organización bastante alarmado:

         - Natalia, hablas con Juan Pérez de Móviles del Sur* - ¿tienes un momento?
         - Hola Juan, ¿en qué te puedo ayudar?

Lo que siguió fue toda una perorata que inquietó a Natalia. El cliente le contó cómo durante la mañana se enteró de la Promoción Rumbo al Mundial Brasil 2014 que su más encarnizado competidor sacaría a la luz la noche de ese día. Pérez sabía que de no responder efectiva y rápidamente no solo dejaría de ganar cientos o miles de clientes, sino que perdería muchos otros, lo que podría golpear severamente sus márgenes de ganancia durante el primer semestre del año. Para suerte de Natalia, el señor Pérez había hecho su tarea, ya sabía que debía actualizar las herramientas de software de mercadeo y ventas para soportar una promoción agresiva que debería estar al aire en la TV y en las redes sociales dos horas antes que la de su competidor.

Mientras Pérez hablaba, Natalia revisaba rápidamente el proceso de control de cambio de la compañía y concluyó que podría entregarle una propuesta de trabajo que incluyera el impacto de la actualización del software en costo y presupuesto a su cliente pero solo hasta el día siguiente. Era inaudito, mientras Juan Pérez estaba buscando una respuesta ágil y eficiente que concluyera con un resultado de valor en las próximas 8 horas, Natalia se enfrentaba a la disyuntiva de seguir un proceso clásico de estimación a priori y modificación del plan de trabajo, previo análisis de impacto y de costos, que redundaría en una pérdida tanto para su compañía como para la de su cliente, o simplemente responderle firme y positivamente que cumpliría la meta establecida para las siguientes horas.

El Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Software (aka: la solución del proveedor)

Por suerte para Natalia, ella también había hecho su tarea. En los últimos tiempos había empezado un proceso de transformación en sus equipos que incluía una forma de ver el mundo de manera distinta a como lo venían haciendo en la compañía. Se trataba de todo un ecosistema basado en una cadena de valores y principios que rompían con los esquemas tradicionales de hacer software. Todo empezaba con el así llamado Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Software o, simplemente, Manifiesto Ágil, el cual le daría la clave para ganar ese día:

Estamos descubriendo formas mejores de desarrollar software tanto por nuestra propia experiencia como ayudando a terceros. A través de este trabajo hemos aprendido a valorar:
Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas
Software funcionando sobre documentación extensiva
Colaboración con el cliente sobre negociación contractual
Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan
Esto es, aunque valoramos los elementos de la derecha, valoramos más los de la izquierda.
El Manifiesto Ágil por el Desarrollo de Software. Fuente: http://www.agilemanifesto.org/iso/es.

Este pedazo de esfuerzo mental, fruto de la colaboración de 17 personajes reconocidos en la industria del software en 2001, serviría a Natalia como pilar fundamental para encontrar una solución de valor para su cliente. Los Valores y Principios Ágiles enfatizan en la importancia de colaboración e interacción en el desarrollo de software y, de otro lado, el trabajo creativo involucra comúnmente alguna forma de colaboración y puede entenderse como una interacción entre un individuo y un contexto sociocultural.

Los proyectos tradicionales están plagados de equipos conducidos-por-gerentes, organizados en una estructura jerárquica con múltiples capas de autoridad. Esta gerencia es del estilo de “comando y control” y los roles se basan en tareas funcionales que, en el caso del software, son los programadores, los diseñadores, los analistas, etc. El trabajo se delega a los miembros del equipo por sus jefes. Las prácticas en estos equipos incluyen copiosa documentación, especificaciones previas y planeación detallada. Las líneas de comunicación son indirectas entre las distintas capas de la jerarquía organizacional y el empoderamiento es algo invisible para la mayoría de los participantes, lo mismo que el estado general del proyecto.
Imagen cortesía de Salvatore Vuono / FreeDigitalPhotos.net
El primero de los valores “Individuos y sus interacciones”, le indicaba a Natalia que necesitaba un equipo cooperativo, multi-funcional y auto-suficiente, experto, altamente productivo y creativo que se comunicara con su cliente y trabajara con él el resto de la tarde, no solo en la extracción de conocimiento típica de los proyectos actuales, sino en todo el ciclo de producción que le permitiera a Móviles del Sur poner en funcionamiento una solución automatizada que soportara su ambicioso programa de retención y captura de clientes con motivo del evento mundialista de los próximos meses. Recordó así uno de los Principios que acompañaban a esos valores ágiles:

Principio Ágil # 1: Nuestra mayor prioridad es satisfacer al cliente mediante la entrega temprana y continua de software con valor.

Natalia sabía que la filosofía ágil tiene la habilidad de amplificar la productividad de los equipos de software hasta una escala de gran magnitud, a través del empoderamiento de las personas, fomentando un entorno orientado-al-equipo y enfocándose en la transparencia del proyecto y en los resultados. Estos proyectos pasaron de ser dirigidos-por-el-plan a estar enfocados en el producto, uno priorizado por y de valor para el cliente. Estos equipos se identifican a sí mismos como una unidad social dentro de la organización de la cual hacen parte y a quienes se les confía la ejecución del trabajo y se les proporciona el entorno y el apoyo que necesitan, para mantenerlos motivados, como invoca otro de los principios del Manifiesto Ágil, y para aumentar su apego emocional a la empresa.

Si bien se trata de un conjunto de Valores, el último de estos, pero no por eso menos importante, no devalúa la planificación, en la práctica solo se adhiere al plan. La planificación es valiosa en sí misma; y dado que el plan nos asiste en la tarea de reconocer cuándo las cosas han cambiado, también nos ayuda a entender las implicaciones del cambio, cómo tenemos que ajustarnos y cuál es el costo probable. Lo importante es que, a medida que hacemos planes, entendamos que el plan puede cambiar. La planificación es una actividad continua que incluye:
  • Reuniones de planificación de iteración
  • Reuniones diarias
  • Reuniones de revisión
  • Retrospectivas
  • Evaluación de riesgos

Planificación clásica versus planificación ágil y un mito que se niega a desaparecer
Imagen cortesía de hin255 / FreeDigitalPhotos.net
Cada una de esas ceremonias sirve para no solo para planear sino también para inspeccionar el estado del proyecto y crear mecanismos de adaptación en caso de ser necesario. El grueso de los practicantes de la industria y quienes la miran desde los tejados, cree que los equipos ágiles son desorganizados, informales, que no documentan y sobre todo que no planean. Todo eso se debe en parte a la mala lectura que le dan al mismísimo Manifiesto Ágil. Pero no es así. Contrario a lo que ocurre en los modelos tradicionales de planificación, donde se planea al comienzo, se elaboran planes de 2, 3 o más niveles, y se hace seguimiento a ese plan durante el resto del proyecto, un seguimiento que raya en el acoso, los equipos ágiles planean todos los días.

En parte eso se debe a que los equipos ágiles saben que los cambios hacen parte inherente, son constituyente primario del ADN, del ciclo de vida del software. Los cambios pueden ocurrir en cualquier momento, desde las etapas iniciales del proyecto, aun cuando apenas se están conociendo las necesidades del usuario, hasta las fases tardías del proyecto, quizás cuando estamos a punto de salir a producción. Si son bien manejados, los cambios brindan muchos beneficios a los usuarios, el primero de ellos, ventaja competitiva. Los cambios son una herramienta invaluable para crear productos inmejorables. Era precisamente lo que necesitaba Juan Pérez ese día. Otro de los principios ágiles llevó a Natalia a esa conclusión:

Principio Ágil # 2: Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo. Los procesos Ágiles aprovechan el cambio para proporcionar ventaja competitiva al cliente.

En cambio, los enfoques tradicionales de gerencia de proyectos presentan los cambios como un monstruo con el que hay luchar a sangre y fuego. Los procedimientos rigurosos de control de cambio, típicos de estos enfoques, causan la pérdida de oportunidad que los clientes tienen para ganar más mercado y para crear mejores productos. En general, a medida que el tiempo avanza, la habilidad de hacer cambios disminuye y cuesta más. Esto es lo que enfrentan los procesos ágiles, aunque sin dejar de planear. Los métodos ágiles promueven planes más livianos y de alto nivel a largo plazo, mientras que atienden la elaboración de agendas bien detalladas a corto plazo, las de la iteración actual, que solo tarda unos pocos días o muy pocas semanas. En Scrum, por ejemplo, las iteraciones tardan máximo 4 semanas y con frecuencia mucho menos que eso.

Al principio de los proyectos ágiles se planean las entregas o salidas a producción tempranas, beneficio primario que nos traen los procesos ágiles. Estas salidas a producción pueden ser cada tres meses, pero hoy contamos con la tecnología y plataformas lo suficientemente maduras como para hacer continuous delivery o entregas continuas. Amazon, por ejemplo, la vendedora al detal más grande del mundo, sale a producción cada 11,6 segundos, algo absolutamente asombroso si tenemos en cuenta la cantidad de clientes recurrentes simultáneos que tiene su sitio Web cada segundo. Natalia sabía todo eso, entonces no dudó que podía tener un producto funcionando para antes de las 8 de la noche de ese día, meta principal de su cliente.

Resultado final

Mientras hacia un recorrido por los acontecimientos de la hora, Natalia convocó a un equipo idóneo, uno que sabía capaz de elaborar un producto que generara resonancia no solo en su cliente sino en sus usuarios, uno que haga que la gente experimente distintas reacciones de gozo al usarlo, sin hablar de los ingresos en que redundaría su uso. No se trataba solo de actualizar un pedazo de software existente, sino de producir algo no ordinario que tuviera la capacidad de atraer a una audiencia cada vez mayor. Otro de los principios ágiles fue el último consejo que le dio al equipo antes de despedirlo hacia lo que seguramente sería un éxito total:

Principio Ágil # 10: La simplicidad, o el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado, es esencial.

¿Quieres saber más?

Sobre otros mitos y leyendas relacionadas con los métodos ágiles puedes leer:
Mitos, Monstruos, Leyendas Urbanas y otros Desvaríos de Ágil y Scrum: http://goo.gl/PIfZpx

Sobre planificación ágil, estos 2 artículos:
Planificación del Sprint: el primer paso para producir el máximo efecto: http://goo.gl/9TO7FF
Compendio Sobre el Scrum Diario: http://goo.gl/GG7id1

Sobre cultura ágil y transformación a ágil, estos 2 artículos:
Cultura ágil: ese oscuro objeto del deseo: http://goo.gl/IuJIlY
Sí, usted está listo para implementar un proyecto ágil: http://goo.gl/19Hcnz