Vivimos en una era de ofertas
pero también de riesgo. ¿Qué tipo de productos queremos que usen nuestros
clientes? La filosofía ágil está modificando a pasos aumentados el statu
quo del desarrollo del software, con nosotros a bordo o sin nuestra
participación. El interrogante es cómo y hasta qué punto seremos capaces de dar
el salto hacia lo que ya está aquí: la cultura ágil.
Para implementar una verdadera
Cultura Ágil se requiere un nivel más alto de confianza de lo que es necesario
en los enfoques tradicionales. Responsabilidad y transparencia son
dos de los beneficios clave de tener una Cultura Ágil.
Para alcanzarla, para establecer
una verdadera Cultura Ágil, debemos revisar las ideas que tenemos de los
enfoques tradicionalistas e iniciar un camino que quizás sea o se vea poco
confortable para muchos en la organización, puesto que ese camino hacia la
cultura ágil expone las debilidades existentes no solo en la estructura sino en
el comportamiento organizacional, es como si el ojo del Gran Hermano se posara
sobre todos los miembros de la organización y les permitiera observarse a sí
mismos, como en un espejo virtual, y al resto del entorno: clientes,
proveedores, socios de negocio y mercado potencial, a observarlos desde el
exterior.
Esta es la versión actualizada
de la presentación, como la vieron en Ágiles Colombia, en Cali, el pasado 4 de
junio: