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miércoles, mayo 05, 2021

Buenas y “malas” historias de usuario


Los criterios INVEST* no son los únicos que hacen a una historia de usuario una “buena” historia de usuario. Pero son un buen comienzo. Además, decir o pensar que una historia de usuario es buena o mala quizás no sea la mejor idea. En cualquier caso, lo más importante es si la historia está preparada o no para implementarse o desarrollarse. Si no lo está, entonces hace falta conversación, ojalá cara a cara, para ponerla a punto: conversación entre los usuarios o interesados clave y un dueño de producto o gerente de producto; y también, conversación entre estos y el equipo de personas que finalmente hará el trabajo de implementación de esas historias.

Nota mental: en realidad, lo más más importante de la historia de usuario es que genere Valor, en cualquiera de sus modos, por ejemplo: más ingresos, mayor felicidad a los usuarios o consumidores, menores gastos, mejora en la marca organizacional, más clientes, mayor aprendizaje, entre muchas otras formas de valor.

Y como son un buen comienzo, veamos algunos ejemplos de cómo se cumplen o no esos criterios en las historias de usuario. Usaremos la forma Connextra para escribir las historias de usuario, pero recordemos que hay muchísimas formas, cuando no infinitas, de representar las historias. Los ejemplos corresponden a una plataforma de compra y venta en línea de productos y en algunos de ellos obviaré la parte del “para” qué se quiere la historia, solo con la intención de concentrarnos en lo fundamental.

Independiente

En la medida de lo posible, las historias se pueden implementar en cualquier orden.

La historia del Comprador no se podrá implementar hasta tanto no estén establecidas todas las condiciones de venta que el Vendedor requiera. Y esta historia solo es verificable en cuanto a instituir y preservar las condiciones de venta, pero no en cuanto a hacerlas cumplir por el comprador. Las cosas así, es posible eliminar la dependencia, dividiendo las historias de usuario usando como criterio las distintas condiciones de venta del producto, desde el punto de vista del Vendedor, además de combinar el establecimiento de los términos de venta con algunas condiciones para hacerlos cumplir en cada historia.

Negociable

Se deja abierta la forma de lograr el objetivo, sin sugerencia de implementación.


La historia de usuario original no deja ningún margen al diálogo en cuanto a las posibilidades de implementación de las formas de pago, es la indicada y nada más. En cambio, la historia derivada abre las posibilidades y permitirá que se tomen las mejores decisiones para su confección mediante conversaciones sucesivas.

Valiosa para el usuario

Algo que el usuario realmente pueda usar, no solo una tarea técnica.

Hasta tanto las imágenes del producto puedan usarse, no tienen ningún valor y, por consiguiente, la historia de usuario en sí carece de trascendencia, de peso (alias de valor). No proporciona ningún beneficio. El impacto de su contraparte, sin embargo, es a todas luces evidente. El valor de la historia salta a la vista.

Estimable

No se requiere investigación, bien entendida.


¿Cuántos informes son? ¿Cuáles? ¿Con qué información o datos? ¿En qué momento se producirán? Estas y algunas otras cuestiones sin respuesta aparente no permitirán que la historia de usuario pueda estimarse en complejidad o tamaño, mucho menos en tiempo. La historia contigua, en cambio, goza de mayor precisión: es una única lista, un informe solo de productos entregados; estas condiciones reducen las posibilidades y aumentan los detalles necesarios para realizar una predicción más o menos confiable sobre cuándo podrá estar terminada.

Pequeña

Se puede pasar del concepto a estar preparada para su lanzamiento en un par de semanas y preferiblemente dentro de un par de días.


Como con el caso de la historia no estimable, no conocemos la cantidad ni la calidad de los informes a los que se refiere esta historia. El informe resumido por categoría de producto, por su parte, es algo mucho más acotado: es uno solo, su carácter de “resumido” ya deja entrever que los datos que incluirá son pocos. Tiene visos de ser una historia que se pueda implementar en dos o tres días de una iteración.

Comprobable

Es posible medir algo específico para verificar que la historia está terminada.


¿Qué si
gnifica “rápidas”? ¿45 segundos? ¿27? ¿Un milisegundo? No hay forma de verificarlo, no será posible probar los términos de esta historia, ni siquiera con los mejores robots de prueba existentes hoy. En general, “rápido” es una expresión ambigua, imprecisa. Si decimos “2 segundos”, la ambigüedad desaparece de inmediato. Unos pocos casos de prueba nos permitirán comprobar la completitud de la historia.

 

¿Quieres saber más sobre historias de usuario?

En octubre estaré facilitando un curso donde te contaré de mis experiencias en este y otros asuntos sobre lo esencial de las historias de usuario. Encuentras más información en:

https://luchosalazar.com/portfolio/nuevo-curso-historias-de-usuario/

¡Te espero!