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martes, mayo 24, 2022

Monólogo de la Product Owner viendo llover en la organización*

 

El invierno de la agilidad se precipitó un martes al finalizar la reunión diaria. El día anterior había sido sofocante por las continuas solicitudes sin pies ni cabeza de la aún establecida oficina de proyectos o PMO. Pero aún en la mañana del martes no se pensaba que pudieran llover los improperios propios de grupos y seudoequipos de una empresa ámbar, más que de una que se preciaba de estar recorriendo ya el camino ágil hacia convertirse es una corporación verde y luego Teal.

Después de la reunión diaria y antes de que los miembros de los equipos tuvieran tiempo de ir por el café de la mañana, sopló un viento espeso y oscuro en forma de correo electrónico, el mismo que apenas tardó segundos en convertirse en un mensaje viral de chat que barrió en una amplia vuelta redonda los acuerdos y planes que se acababan de concertar para ese día. Alguien dijo junto a mí: “Son los vestigios de la gestión tradicional”. Y yo lo sabía desde antes. Desde antes de empezar la reunión y me sentí estremecida por la viscosa sensación en mi mente.

Los miembros de los equipos corrieron hacia los escritorios más próximos con una mano en la cabeza y los ojos arrugados, como tratando de protegerse de las noticias contradictorias y la polvareda de impedimentos que iban a encontrar en el detalle del correo. El techo de la oficina se cubrió como de una sustancia roja, que nos hizo recordar las épocas en la que los así llamados “líderes” demostraban su poder mediante el uso de la violencia y el acoso laboral, un retroceso abismal de esa utopía que suponía el pensamiento ágil y lean de poner foco en el bienestar de los empleados y la autogestión.

Durante el resto de la mañana, mi Scrum Master y yo estuvimos sentadas junto a mi escritorio, preocupadas por la revitalización de las prácticas de gestión antiguas debido al poco éxito que estaba teniendo la iniciativa de transformación ágil en la organización. Habían sido siete meses de primavera intensa, pero el polvo abrasante de la austeridad había vuelto junto al infame tren de las 2 de la tarde, lleno de los preceptos que habíamos abandonado cuando emprendimos el proceso de cambio cultural.

Entonces rebobiné mis recuerdos. ¿Por qué estábamos fracasando? ¿Por qué nos habíamos estancado ante la vegetación ámbar donde se llegaba a la cúspide empresarial por antigüedad y no habíamos logrado llegar a ese punto donde el empoderamiento estuviera en todos y cada uno de los miembros de la organización? Reviví una conferencia donde mi Scrum Master le preguntó al Agile Coach de turno que “cómo lidiaba con un PO con ínfulas de PM” y de otro Scrum Master que se sumó a la conversación para indagar sobre “qué hacer con un PO que habían nombrado a dedo y de manera inesperada”.

Vivifiqué mis pensamientos de entonces. Quise pensar que mi Scrum Master dijo “lidiar” solo como una forma de decir que quería mejorar su relación con el PO, conmigo, o con cualquier otro. Estaba segura de que lo primero en lo que debería pensar es en que no somos “sujetos de lidia”, como los toros, ni más faltaba. Tampoco se lidia con ninguna otra persona del equipo ni de la organización. Lidiar es un término despectivo que no ayuda a la relación. Al PO, aún con delirios de PM, lo acompañas, le facilitas su vida como PO, lo ayudas en la transición. Paso a paso. Despacio. Con paciencia. Sin importar como haya llegado al equipo. A propósito, casi siempre un PO llega al equipo como dijo el otro Scrum Master: nos ponen allí. El viernes a las 7 de la noche me dijeron que, a partir del siguiente lunes, además de lo que ya hacía, ahora iba a ser PO. Nada raro en una empresa de ambiente rojo, que tuvo su origen en las comunidades más primitivas y que se basaba en la existencia de un líder todo poderoso que ejercía su autoridad a través del miedo.

Tampoco se trataba simplemente de explicarme una sola vez cuales eran mis responsabilidades como Product Owner, o cuales eran las distinciones del enfoque ágil respecto al enfoque tradicional que veníamos abrazando desde siempre, ni de decirme que tome un curso de esto o de lo otro. Es un proceso. Es un camino realmente. En estas situaciones es donde el coaching y la mentoría entran a jugar un papel muy importante, es donde las conversaciones conscientes se vuelven el instrumento principal de mejora. Para mejorar la comunicación conmigo como PO, haciéndome pedidos efectivos, asegurándote de brindarme todo lo que necesito para que cumpla con mis compromisos, pero un paso a la vez.

Tienen que saber, estimados Scrum Masters, que el cambio es algo difícil, es el síndrome del “siempre lo hemos hecho así”. El temor a la falla. Es algo natural. Por ejemplo, enséñame que es distinto “fracasar” que “cometer errores” y que de ambas situaciones puedo aprender. Enséñame a experimentar como PO, a hacer planes es un contexto empírico. En los entornos tradicionales eso es algo que desconocíamos. Enséñame distintas maneras de expresar historias de usuario, entre otras, usando Hypothesis-Driven Development, por aquello de los experimentos. Las posibilidades son muchas, por no decir que infinitas.

Como siempre, el equipo en pleno debe estar comprometido en la gesta. Si el equipo no entrega valor, no produce al menos parte de los resultados que quiero como Product Owner, muy poco o nada de lo anterior nos va a servir. Y una vez más, con paciencia, el cambio de mentalidad no va a suceder pronto. Aún los PO con mentalidad de emprendedores tenemos miedo alguna vez o muchas veces.

No sé cuánto tiempo estuve hundida en aquel sonambulismo en que los sentidos perdieron su valor. Solo sé que después de muchas horas incontables oí una voz en el cubículo vecino. Era una voz fatigada, propia de las personas que han vivido bajo una cultura de sacrificio laboral y andando “millas extras” por doquier, como si el permanecer en la oficina produjera resultados de valor. Era una voz casi de persona convaleciente. Una voz que decía: “Ahora tendremos una retrospectiva”. Esa voz tenía razón, las últimas retrospectivas no habían servido de mucho, ¿por qué esta habría de ser distinta?

Solo entonces me di cuenta de que había llegado la cita a la reunión y de que en torno a nosotros se extendía un silencio, una tranquilidad, una beatitud misteriosa y profunda, un estado imperfecto que debía ser muy parecido a la muerte laboral.


* El título y algunos apartes del artículo están basados en el cuento “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”, de Gabriel García Márquez.


Crédito de la foto de la portada: Foto de Zinkevych en iStockPhoto https://www.istockphoto.com/es/portfolio/Zinkevych?mediatype=photography

miércoles, mayo 18, 2022

La furia de los OKR


El péndulo osciló de nuevo.

Los así llamados objetivos y resultados clave, OKR en su forma corta por sus siglas en inglés, están en boga de todo el mundo. Pero ya sabemos que parlotear sobre algo no es suficiente para hacerlo bien. Lamentablemente las muy malas prácticas también llegaron a ese ámbito. Hoy queremos OKR para todo. Quizás es la primera falla. Queremos OKR primero que todo. Quizás es la segunda falla. O, al contrario. Pero estos son dos de los antipatrones más comunes en la actualidad cuando de adoptar y usar esta práctica se trata.

OKR para la empresa. OKR para las áreas. OKR para los equipos. OKR para las personas. OKR para los productos. OKR para los clientes. OKR para los socios de negocio. OKR para el hogar. OKR para esto y para lo otro. En principio, eso no tendría nada de malo si se hiciera bien desde el comienzo, de manera orgánica, validando paso a paso el aprendizaje, reflexionando sobre lo que está pasando, haciéndolo de manera colaborativa, desligándolos de las prácticas de gestión del siglo pasado; pero no. No es así.

Confundir los temas con objetivos, querer definir todo el trabajo del equipo como OKR, no distinguir entre resultados clave y actividades del equipo, lograr resultados clave por percepción o apreciación, casi por clarividencia, valorar estos resultados clave en escalas insólitas o simplemente incorrectas, Confundir OKR con KPI o definir de aquellos y de estos y tratar de manejarlos bajo el mismo manto de gestión y ejecución, alcanzar el 1 o el 100 % en cada OKR de manera continuada, perseguir, casi que hostigar de manera obstinada, un OKR quimérico; ajustar o acomodar el backlog de producto o de una iniciativa en general a los OKR, o sea, el clásico paradigma de la cola asustando al gato; OKR como vasija contenedora de todas las metas presentes y futuras de la empresa. Estas, entre otras, son algunas de las prácticas erróneas cuando de OKR se trata.

Pero más allá de estas, me he encontrado con la puesta en marcha de programas de OKR sin un sustento aparente, sin conocer el porqué lo están haciendo, la causa raíz. Escenarios donde abundan respuestas como que: los demás lo están haciendo, yo también; o, me los recomendó un amigo. Es porque Google, Amazon, Intel los están usando y les está yendo muy bien. Es que me leí el libro de John Doerr y me pareció buenísimo. Me refiero, por supuesto, a Mide lo que importa, sobre el cual comentaré más adelante. En breve, de mi observación, he llegado a la conclusión de que hemos idealizado a los OKR y a la práctica de estos. Nos hemos enamorado de una entelequia. Y, como con muchas otras iniciativas, los equipos y las organizaciones están fracasando en grande.

No me malinterpreten. Los OKR son una muy buena práctica. ¡Cuando la sabemos usar! Por supuesto, tenemos que empezar por entender de qué se trata. Hay mucha documentación sobre esto. Por ejemplo, están estos dos artículos de mi siempre bien comedido amigo Jorge Abad:

OKR - Pasando de la Intención a la Acción

http://www.lecciones-aprendidas.info/2020/08/okr-pasando-de-la-intencion-la-accion.html

Seguimiento de OKR empleando Scrum como marco de gestión

http://www.lecciones-aprendidas.info/search/label/okr

Y mi sucinta presentación introductoria:

Conociendo OKR

http://www.gazafatonarioit.com/2020/06/conociendo-okr.html

Pero recordemos aquí los aspectos más relevantes:

“Los OKR son un protocolo de colaboración para establecer objetivos en empresas, equipos e individuos”. [John Doerr. Mide lo que importa.]

Hay algunas palabras clave allí y, por si no las notan, aquí las resalto:

“Los OKR son un protocolo de colaboración para establecer objetivos en empresas, equipos e individuos”. [John Doerr. Mide lo que importa.]

Protocolo. Se trata de unas reglas de juego. Algunos lineamientos que le han funcionado a otros para la implementación y uso de OKR.

Colaboración. Específicamente se trata de reglas o de normas para colaborar, para aumentar la confianza, para aumentar y mejorar la comunicación entre las personas de un equipo y entre equipos. Se trata de una forma de interiorizar, practicar y fomentar cultura de servicio, una manera de ir pasando gradualmente de trabajo en silos a trabajo por flujos de valor. La colaboración es una de las formas más bonitas que conozco, condición sine qua non, además, de fomentar el liderazgo que necesitan las organizaciones actuales, uno que inspire y guíe la búsqueda de un propósito superior.

Objetivos. Este es el punto definitivo. El propósito superior por el cual todas y cada una de las personas de un equipo y de una empresa se levantan cada mañana y “asisten” al trabajo. Hacer de este mundo algo mejor de lo que estaba cuando empezamos a transitar por él.

De eso se trata. Pero es aterrador lo que ocurre en la práctica:

·       OKR definidos por unas pocas personas, por aquellos que “deciden” el destino del equipo y de la empresa. Por personas que no se preguntan si están dadas las condiciones para lograrlos.

·       OKR mal desplegados, luego de lo cual cada uno se aísla en su mundillo corporativo a trabajar por sus propios intereses sin que nada ni nadie los perturbe.

·       El seguimiento y control a la ejecución de los OKR me recuerda las épocas en las que se medían el número de líneas de código escritas por día, la cantidad de errores encontrados en el producto o el número de horas adicionales que trabajabas y que demostraban tu compromiso con el proyecto y con la empresa.

·       OKR “seudodelegados”. Los jefes asignando la responsabilidad de los resultados a su equipo, pero al mismo tiempo no les ceden la autoridad para hacer lo que tengan que hacer para lograr los objetivos planteados.

·       Incluso me he encontrado con el síndrome del “solo yo puedo hacerlo”. Personas que no trabajan de manera colaborativa o que no empoderan a su equipo para ejecutar los OKR porque creen que son indispensables para alcanzar los objetivos propuestos. Sin ellos no es posible conseguirlos.

·       Cuando finalmente buscan el compromiso del equipo y tratan de delegar la obtención de los resultados, los impulsores de los OKR no proporcionan el equipo los recursos y no fomentan el entorno adecuado para que se conquisten las metas trazadas.

Así es que cuando te vayas a comprometer en una iniciativa que involucre OKR, practica lo contrario a esto que te he contado aquí. Quizás así encuentres una salida al éxito que quiere tu equipo y tu organización, quizás así puedas hacer frente a esta infame furia de los OKR.

Mientras eso sucede, por favor, cuéntame en el foro que otras cosas se te ocurren para desafiar ese furor dañino que supone el mal uso de los objetivos y resultados clave.

Addendum

Sobre el libro Mide lo que importa, de John Doerr.

Les confieso que soy poco amigo de recomendar libros. La responsabilidad en ese sentido es muy grande y a veces creo no poder con tanto. Así que esta vez trataré, quizás por primera vez, de soltar mis emociones, incluso mis juicios, subjetivos por demás, sobre esta pieza técnica de Doerr que leí hace ya algunos años.

Voy a destripar en grande: ¡el libro me quedó debiendo!

Tiene una gran historia sobre los orígenes de los OKR, con diversos ejemplos de cómo lo han estado usando empresas para mejorar como organizaciones, para ser más efectivas. Pero no encontré placer con esos ejemplos, no lo sé, quizás debido a que desde el título del libro o de su introducción, esperaba algo distinto.

Si estás esperando una guía para concertar y definir “buenos” OKR para tu equipo y tu empresa, quizás este no sea el medio para lograrlo. Afortunadamente puedes ir a Internet y encontrar copiosos ejemplos para ello: OKR para Talento humano, OKR para desarrollo de producto, OKR para ventas, OKR para la alta dirección, OKR para esto y para lo otro. Eso sí, siempre haz chequeo cruzado, no vayas asumiendo que todo lo que encuentras por allí es de buena calidad.

Volviendo al libro, me quedé con la convicción de que la mayoría de los ejemplos adolecían de detalles prácticos. Eran más como historias para demostrar la versatilidad de los OKR. Eso sí, como escritor, creo que esto es un proceso natural. Estoy haciendo conjeturas cuando digo que el autor se situó en cada momento de la historia y usó la experiencia de ese momento para escribir cada aparte del libro y cada historia y cada ejemplo.

De algo sí estoy bien seguro: algunos de los resultados clave me parecieron imposibles o cuasi imposibles de medir.

¿Estás de acuerdo? ¿No? Bueno, el foro es un buen espacio para que lo hablemos.

miércoles, febrero 16, 2022

Nuestro Scrum empírico de todos los días

Imagen tomada de Pixabay

“El verdadero método de conocimiento es el experimento”.

-          [William Blake. Poeta, pintor y grabador inglés.]

Muchos dicen usar Scrum, dicen usarlo bien. Según los “lineamientos” ágiles, los he escuchado decir. Pero he aquí una observación: la gran mayoría quizás ni lo están haciendo, a pesar de los eventos, las responsabilidades y los artefactos. En general a casi todos les hace falta lo que llamo “el espíritu de Scrum”. Ese que tiene que ver con la teoría del marco de trabajo, con sus pilares y con sus valores.

Me concentraré específicamente en la teoría. En esa que nos dice que Scrum se basa en el empirismo y en el pensamiento Lean. De hecho, mi foco será esto del empirismo. Para empezar, es bueno reconocer que un entorno empírico es aquel en el que la mejora y la dirección están guiadas por los experimentos y la experiencia.

Esta última se basa en lo que ya ha ocurrido, en el pasado. Muchos siguen usando Scrum tratando de predecir lo que va a pasar en el futuro, a veces incluso, en un futuro distante. Nada más alejado de las prácticas erróneas. Mi primera recomendación: usa la experiencia para experimentar con la planificación en el muy corto plazo, la planificación de un sprint; es más, con la planificación de un día de trabajo.

Para hacerlo, haz que tu equipo planifique teniendo en cuenta lo que pasó en el último sprint. Quizás en los tres últimos. Tampoco te vayas tan atrás. Seguramente hay cosas que han cambiado en el entorno. No es lo mismo si hace unas semanas tu equipo estaba disperso por el mundo y apenas si lograbas identificar un icono en una pantalla de alguna de las herramientas favoritas de comunicación, a si en este momento están trabajando con un modelo “híbrido” o presencial del todo. Mientras escribo esto, algunas empresas ya lo están intentando.

Promueve un entorno donde todos en el equipo y los interesados clave, además de los usuarios, esperen lo inesperado. Es lo que sucede cuando trabajas bajo el manto de la incertidumbre y la volatilidad inherentes a los escenarios que enfrentas habitualmente, sin hablar de la complejidad propia del ADN de las iniciativas con las que convives a diario. Es en estos escenarios donde un proceso empírico tiene vigor.

La realidad del Scrum que haces

Photo by Yan Krukov from Pexels
Todo el tiempo escuchas decir:

La mejor duración de sprint es de dos semanas. Pero ¿has experimentado con otra duración? ¿Una mejor, por ejemplo?

En nuestras Daily Scrum seguimos usando las “tres preguntas”. Nos parecen muy buenas. Sí, pero ¿has experimentado con otro tipo de conversaciones?

Nuestra definición de terminado es muy completa. Pero ¿la has mejorado con el tiempo?

En cada sprint implementamos entre 4 y 8 historias de usuario. Pero ¿has experimentado con otros rangos?

Nos funciona bien un equipo de 8 personas. Pero ¿has ensayado con otro tamaño de equipo?

Te haré otras preguntas:

¿Has dejado de usar la velocidad como medida de capacidad para el equipo?

¿Sigues usando puntos de historia para estimar las historias de usuario?

¿Has intentado con tu Product Owner alguna técnica distinta a MoSCoW para ordenar el Product Backlog? ¿Has usado MoSCoW?

¿En realidad todos en el equipo y en el entorno, es decir, interesados clave, patrocinadores y usuarios, entre otros, comparten no solo la misma información sobre lo que está sucediendo, sino el mismo significado de las cosas?

¿Has experimentado o has promovido cambios en la forma como hacen la planificación del sprint, el refinamiento, la revisión o la misma retrospectiva? Sobre esta última, ¿te limitas a los “pasos” generados por Retromat, Fun retrospectives o el muy buen libro sobre el tema de mi gran amigo Jorge Abad, pero nunca has intentado crear tu propia retrospectiva, más adecuada a las necesidades de tu equipo en un momento dado?

Finalmente, ¿te basas y promueves que el equipo y la organización se basen en lo que ya ha sucedido, datos cuantitativos, sobre todo, para tomar decisiones sobre qué hacer y cómo hacerlo en el futuro inmediato?

Algo del Scrum que deberías estar haciendo

Photo by fauxels from Pexels

¿Y por qué todo este cuestionamiento?

Bueno, precisamente porque Scrum es útil en un entorno donde la experimentación debe(ría) estar a la orden del día. Como dije al principio, a eso se refieren Schwaber y Sutherland cuando dicen que Scrum se basa, además del pensamiento Lean, en el empirismo. Este último “afirma que el conocimiento proviene de la experiencia y de la toma de decisiones con base en lo observado”.

Por ejemplo, no te desgastes mucho, ni entretengas a tu equipo haciendo estimaciones, aunque sean “ágiles”, en el primer sprint. Simplemente empieza. Al final del primer sprint tendrás un dato verificable de cuánto hizo el equipo. De inmediato, en el segundo sprint, toma la decisión de que la velocidad del equipo sea justamente el número de puntos que acaban de lograr en el sprint anterior. De hecho, esto es un patrón Scrum conocido como El clima de ayer.

Ahora bien, los experimentos no tienen que proponer cambios sustanciales a lo que se está haciendo. Puedes usar mejoramiento continuo de un paso a la vez, crea una expectativa de experimentación y mejora bastante baja, de tal forma que para nadie sea una carga impositiva sino más bien un camino a transitar, desafiante pero divertido. Eso sí, primero enséñales a todos a mejorar, a proponer esos experimentos que tanto quieres.

Por ejemplo, enséñales a prepararse para una Daily Scrum.

Puedo contar por centenares las reuniones diarias a las que he asistido con personas que van muy mal preparadas a la misma. Todo el tiempo están titubeando, desenfocados, desmotivados y mirando el reloj a que simplemente terminen los infames 15 minutos de la reunión porque saben que eso sí lo van a respetar. Una de las principales razones que he encontrado para que esto suceda es que es una sesión subvalorada, a la que le dan poca o ninguna importancia, porque no terminan de entender qué significa la inspección y adaptación como pilares esenciales de un entorno empírico.

Lo he resuelto con entrenamiento, preparación y acompañamiento. Además de crear todo un movimiento cultural alrededor del evento:

1.    Al principio del sprint fijas una táctica o técnica para llevar a cabo la reunión.

2.    Les enseñas a todos en el equipo cómo será, haces una simulación. Llevas a cabo conversaciones de mejora para que cada uno llegue a conocer muy bien los detalles.

3.    Antes de las primeras sesiones, te aseguras de que todos efectivamente estén preparados. Indagas si necesitan ayuda para estarlo. Les proporcionas la ayuda que necesitan.

4.    Durante el evento estás atento a cómo lo llevan a cabo para, a continuación de este, mantener otras conversaciones de mejora y perfeccionar en consecuencia.

5.    Indaga cómo se sienten, qué les hace falta, qué quieren proponer.

6.    Precisamente sobre este último asunto, lo más importante es, enséñales a mejorar ese paso a la vez. Por ejemplo, enséñales con ejemplos claros a que cada vez digan más con menos palabras. Pero sin atribularlos.

Por sobre todas las cosas, siempre ten en cuenta lo que sucedió los días anteriores. Y haz que ellos en el equipo también lo tengan presente. No puedes encontrar nada de eso que sucedió en un cuerpo de conocimiento, mucho menos en la guía de Scrum. De hecho, Scrum se basa en la inteligencia colectiva de las personas que lo usan. Y es precisamente esa diversidad de perspectivas, una de las formas cómo enfrentamos la complejidad que nos rodea, lo que posibilita que encontremos soluciones más acertadas o apropiadas a los problemas que nos desafían cotidianamente.

Quieres saber más

Para saber más del Scrum que deberías estar haciendo, te invito a mi próximo curso para Scrum Masters. Encuentras toda la información de este en:

https://luchosalazar.com/portfolio/nuevo-curso-scrum-master/

Mientras tanto:

Para saber más de cómo mejorar la Daily Scrum:

http://www.gazafatonarioit.com/2022/01/como-ayudar-tu-equipo-mejorar-su-daily.html

https://luchosalazar.com/2021/04/23/daily-scrum-kaizen/

Para saber más sobre el clima de ayer y otros patrones Scrum:

https://luchosalazar.com/2020/05/21/patrones-scrum-un-enfoque-adaptativo/


Nuevo curso: Scrum Master

Es un hecho: la notoriedad de las prácticas ágiles para el desarrollo de productos ha crecido y sigue creciendo, hasta el punto de convertirse en ese oscuro objeto del deseo de las organizaciones, grandes y pequeñas, que han estado adoptándolos en distintos niveles. Típicamente, los enfoques de adopción se implementan vía Transformaciones Ágiles y la historia ha mostrado resultados mixtos: éxitos y fracasos de estas iniciativas de cambio. Las tácticas usadas y los métodos específicos seleccionados para la adopción varían ampliamente dependiendo del contexto.

Scrum es un marco de trabajo liviano que ayuda a las personas, equipos y organizaciones a generar valor a través de soluciones adaptativas para problemas complejos. Scrum ayuda a poner de manifiesto o en práctica los valores y principios que definen el pensamiento ágil y Lean a través de una serie de lineamientos simples pero efectivos que habilitan a las personas y equipos para ser más productivos mientras mantienen la energía y la motivación al hacer su trabajo.

Este curso permitirá al asistente adquirir y dominar los conceptos necesarios y suficientes para poner en uso el marco de trabajo Scrum y prácticas relacionadas en iniciativas de todo tipo. El curso contribuye a que los equipos y las organizaciones den un paso más en el mejoramiento continuo como corporaciones de alto desempeño y empiecen a mirar la transformación digital como una opción capital en tiempos de alta incertidumbre y complejidad.

Prerrequisitos del curso:

Este taller no tiene ningún prerrequisito. Sin embargo, se recomienda ampliamente:

·       Leer la guía de Scrum (http://www.scrumguides.org/download.html). Aquí la encuentran en original inglés y en muchos otros idiomas, incluyendo español. Buscar la línea “Spanish (South/Latin American) (November 2020))” y hacer clic allí para descargar.

·       Leer el Manifiesto Ágil (http://agilemanifesto.org/iso/es/manifesto.html)

Objetivos del curso:

Al finalizar este curso, el participante estará en capacidad de:

·       Conocer, interiorizar, practicar y empezar a promover los Valores y Principios del Manifiesto Ágil, qué significa ser Ágil y de qué se trata la Filosofía Ágil.

·       Adquirir el conocimiento básico de las prácticas Ágiles para desarrollo de productos y los aspectos fundamentales del marco de trabajo Scrum. Incluyendo las responsabilidades, los eventos y los artefactos propuestos por el marco de trabajo.

·       Entender varias técnicas para mitigar la incertidumbre y el riesgo de los proyectos aplicando valores y principios Ágiles.

·       Aplicar el marco de trabajo Scrum para conocer las necesidades en las operaciones específicas de los negocios.

·       Aumentar la transparencia, inspección y adaptación, pilares de Scrum, mediante la vivencia de los cinco valores de Scrum: coraje, foco, franqueza, apertura y compromiso.

Para quién es valioso este curso:

Este curso y certificación son apropiados para cualquier persona interesada en empezar a ejercer como Scrum Master, pero también que busque conocer los principios fundamentales de Scrum, que estén o vayan a participar en iniciativas ágiles con Scrum; también, y para interesados en las iniciativas y proyectos que están en la cadena de valor de proporcionar características o requisitos a los equipos de desarrollo de productos o servicios.

·       Gerentes o Líderes de producto

·       Dueños de Producto

·       Mercadeo de productos

·       Analistas del negocio

·       Analistas funcionales

·       Patrocinadores de los proyectos de desarrollo

También a las áreas de TI de la organización:

·       Líderes técnicos

·       Gerentes de Proyectos

·       Desarrolladores

·       Arquitectos de software

·       Analistas de Prueba

·       Diseñadores

·       Scrum Masters

·       Desarrolladores Scrum

·       Consultores Comerciales,

·       Consultores de Preventa de Proyectos

·       Líderes Funcionales de Áreas Usuarias de Software o similares

Entre otras personas interesadas en mejorar las interacciones de manera efectiva con los demás miembros del equipo y de su empresa mediante el uso de las prácticas propuestas por Scrum.

Contenido:

1.    Introducción Ágil

2.    Qué es Scrum

3.    Valores de Scrum

4.    Scrum Team

o   Product Owner

o   Developer

o   Scrum Master

5.    Eventos de Scrum

o   Sprint

o   Sprint Planning

o   Daily Scrum

o   Sprint Review

o   Sprint Retrospective

6.    Artefactos de Scrum

o   Product Backlog

o   Sprint Backlog

o   Increment

7.    Otros Conceptos de Scrum

8.    Prepárate para ser el mejor Scrum Master

Formación:

Tipo de Curso: Profesional.

Código de la Certificación: SMPC®.

Examen de Certificación:

El curso incluye el examen de certificación SMPC® por Certiprof.

·       Formato: Opción múltiple

·       Preguntas: 40

·       Idioma: Español/Inglés/Alemán/Portugués

·       Puntaje de aprobación: 32/40 o 80 %

·       Duración: 60 minutos

·       Libro abierto: No

·       Entrega: Este examen está disponible en línea

·       Supervisado: Será a discreción del Partner

Información del próximo curso:

Duración: 15 horas

Modalidad: en línea (virtual)

Fechas y horarios:

Sesión 1: miércoles 23 de marzo de 2022. 5 p.m. a 8 p.m. (GMT – 5. Bogotá, Lima, Quito)

Sesión 2: jueves 24 de marzo de 2022. 5 p.m. a 8 p.m. (GMT – 5. Bogotá, Lima, Quito)

Sesión 3: lunes 28 de marzo de 2022. 5 p.m. a 8 p.m. (GMT – 5. Bogotá, Lima, Quito)

Sesión 4: miércoles 30 de marzo de 2022. 5 p.m. a 8 p.m. (GMT – 5. Bogotá, Lima, Quito)

Sesión 5: jueves 31 de marzo de 2022. 5 p.m. a 8 p.m. (GMT – 5. Bogotá, Lima, Quito)

Inversión:

U$479 precio regular.*

Descuento de 10 % a grupos de tres o más personas. Escríbeme a contacto@luchosalazar.com si quieres acceder a este descuento.

Atención: Incluye certificación Scrum Master Professional Certificate. SMPC®

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