Nota
mental: en realidad, lo más más importante
de la historia de usuario es que genere Valor, en cualquiera de sus
modos, por ejemplo: más ingresos, mayor felicidad a los usuarios o
consumidores, menores gastos, mejora en la marca organizacional, más clientes,
mayor aprendizaje, entre muchas otras formas de valor.
Y como son un buen comienzo, veamos algunos ejemplos de
cómo se cumplen o no esos criterios en las historias de usuario. Usaremos la
forma Connextra para escribir las historias de usuario, pero recordemos que hay
muchísimas formas, cuando no infinitas, de representar las historias. Los
ejemplos corresponden a una plataforma de compra y venta en línea de productos
y en algunos de ellos obviaré la parte del “para” qué se quiere la historia,
solo con la intención de concentrarnos en lo fundamental.
Independiente
En la medida de lo posible, las historias se pueden
implementar en cualquier orden.
Negociable
Se deja abierta la forma de lograr el objetivo, sin
sugerencia de implementación.
La historia de usuario original no deja ningún margen al diálogo en cuanto a las posibilidades de implementación de las formas de pago, es la indicada y nada más. En cambio, la historia derivada abre las posibilidades y permitirá que se tomen las mejores decisiones para su confección mediante conversaciones sucesivas.
Valiosa para el usuario
Algo que el usuario realmente pueda usar, no solo una
tarea técnica.
Hasta tanto las
imágenes del producto puedan usarse, no tienen ningún valor y, por
consiguiente, la historia de usuario en sí carece de trascendencia, de peso
(alias de valor). No proporciona ningún beneficio. El impacto de su contraparte,
sin embargo, es a todas luces evidente. El valor de la historia salta a la vista.
Estimable
No se requiere investigación, bien entendida.
¿Cuántos informes son? ¿Cuáles? ¿Con qué información o datos? ¿En qué momento se producirán? Estas y algunas otras cuestiones sin respuesta aparente no permitirán que la historia de usuario pueda estimarse en complejidad o tamaño, mucho menos en tiempo. La historia contigua, en cambio, goza de mayor precisión: es una única lista, un informe solo de productos entregados; estas condiciones reducen las posibilidades y aumentan los detalles necesarios para realizar una predicción más o menos confiable sobre cuándo podrá estar terminada.
Pequeña
Se puede pasar del concepto a estar preparada para su
lanzamiento en un par de semanas y preferiblemente dentro de un par de días.
Como con el caso de la historia no estimable, no conocemos la cantidad ni la calidad de los informes a los que se refiere esta historia. El informe resumido por categoría de producto, por su parte, es algo mucho más acotado: es uno solo, su carácter de “resumido” ya deja entrever que los datos que incluirá son pocos. Tiene visos de ser una historia que se pueda implementar en dos o tres días de una iteración.
Comprobable
Es posible medir algo específico para verificar que la
historia está terminada.
¿Qué significa “rápidas”? ¿45 segundos? ¿27? ¿Un milisegundo? No hay forma de verificarlo, no será posible probar los términos de esta historia, ni siquiera con los mejores robots de prueba existentes hoy. En general, “rápido” es una expresión ambigua, imprecisa. Si decimos “2 segundos”, la ambigüedad desaparece de inmediato. Unos pocos casos de prueba nos permitirán comprobar la completitud de la historia.
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usuario?
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este y otros asuntos sobre lo esencial de las historias de usuario. Encuentras
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