“El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros es la conversación cara a cara”.
Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Software (www.agilemanifesto.org)
En lo elemental, somos esencialmente seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte de nuestras vidas con otras personas. Así es que antes de ejercer cualquier otro rol que haya llegado a nuestra conciencia por acción de una profesión o título o experiencia, no debemos olvidar que somos individuos participantes de una comunidad y que debemos aprender a entendernos con los demás y a operar debidamente en el contexto social.
¡O así era hasta hace unos años!
La potenciación de la Internet con su poder de comunicación a escala masiva cambió el rumbo de la historia y, quizás, de la evolución. Sí, es cierto que estamos más conectados que nunca unos con otros, que hoy por hoy somos capaces de saber al instante lo que ocurre a miles de kilómetros de distancia de nuestra ubicación, contado en la voz de los protagonistas de la acción. Pero entre colegas y amigos, en medio de la familia y de nuestros amantes, miramos y tocamos más a nuestros dispositivos móviles que a nosotros mismos.
Admitámoslo sin tapujos: en la actualidad preferimos enviar un mensaje de texto, aun de voz, que comprometernos a una reunión cara a cara o, incluso, a una (video) llamada telefónica. Nos hemos rendido en el desarrollo de nuestras habilidades de socialización, de conversación (cara a cara) en pro de mayor “contacto social” vía artilugios de la era moderna digital. ¿Estamos perdiendo parte de nuestra humanización, de lo que nos hace o nos hacía humanos y nos diferenciaba del resto de especies del planeta? La historia nos dará la respuesta, aunque el salto cuántico que estamos dando no nos dejará en la incertidumbre por mucho tiempo.
¿Qué podemos hacer para contrarrestar el embate de la tecnología en nuestras vidas?
Volvamos a lo básico. La conversación cara a cara es lo más humano -y humanizante- que hacemos. Es la forma como los seres humanos desarrollamos nuestra capacidad de empatía. Conversando, contando historias es como sobreviven las culturas. Todo ello tiene un componente importante cuya raíz se encuentra en lo puramente social, en la comunicación con muchas otras personas de nuestro entorno y, en ocasiones, de fuera de este. Por ello es que poseer algunas destrezas en la comunicación favorece enormemente el mejoramiento de la calidad de nuestro trabajo e incrementa nuestra creatividad y productividad a todo nivel. Incluso, todavía, mejora nuestras relaciones con las demás personas.
Así es que conversa con personas, incluso con aquellas con quienes no estás de acuerdo. La conversación (cara a cara) se inhibe tanto por nuestros prejuicios como por nuestras distracciones. Por sobre muchas cosas, no evites las conversaciones difíciles. Motívalas. Solo porque estas conversaciones sean difíciles cara a cara, no significa que sean imposibles. Entre uno y otro encuentro cara a cara con otra persona, con tu colega en el trabajo, con tu amigo de toda la vida, con alguien de tu familia y hasta con el amor de tu vida, aprenderás algo nuevo y estarás contribuyendo a la supervivencia de la especie, de la especie humana.
Crea espacios “sagrados” para la conversación cara a cara: busca o diseña tu entorno para protegerte a ti y a tus interlocutores contra las interrupciones innecesarias. Es cierto, a veces parece más simple inventar una nueva tecnología que iniciar una conversación cara a cara pero no por ello vas a dejar de intentarlo. Rodéate de seres “sin tecnología”, de esos para quienes todavía es relevante mantener fija la mirada mientras les hablas, desinhíbite con ellos, aprende de ellos, convive con ellos. En el trabajo, ¿qué tal si cambiamos los “viernes casuales” por “jueves conversacionales”? ¡Jueves o cualquier otro día siempre viene bien para ello!
Una nota especial para Scrum Masters, coaches Ágiles y miembros de equipos
La mayoría de los Scrum Masters, coaches, desarrolladores y, en general, miembros de equipos organizacionales que conozco tienen conversaciones difíciles pendientes, ellos saben que deben tenerlas pero las están evitando, las están posponiendo irremediablemente. Eso no ayuda en el proceso transformacional de las personas y de los equipos y mucho menos de las organizaciones. En este caso, los Scrum Masters, como líderes orgánicos que deben ser, por lo general se muestran reacios ante este deber natural de conversar porque no les gusta la confrontación o sienten un temor intrínseco a vulnerar los sentimientos de la persona o las personas con quienes necesitan conversar. Para ser un líder extraordinario, los Scrum Masters deben equilibrar el cuidado y la sinceridad con la que conversan y tocan ciertos temas, pero están en la obligación de hacerlo tarde o temprano, ojalá más temprano que tarde, esto profundizará y fortalecerá la relación, la interacción entre los individuos, pilar fundamental del pensamiento Ágil.
¡Las conversaciones deben ser genuinas!
En su libro The 5 Levels of Leadership (Los 5 niveles de liderazgo), Jhon C. Maxwell nos recomienda que antes de tener una conversación sincera, es mejor asegurarnos de poder responder sí a las siguientes preguntas:
- ¿He invertido lo suficiente en la relación para ser sincero con ellos?
- ¿Realmente los valoro como personas?
- ¿Estoy seguro de que este es su problema y no el mío?
- ¿Estoy seguro de que no estoy hablando porque me siento amenazado?
- ¿Es el problema más importante que la relación?
- ¿Esta conversación sirve claramente a sus intereses y no solo a los míos?
- ¿Estoy dispuesto a invertir tiempo y energía para ayudarlos a cambiar?
- ¿Estoy dispuesto a mostrarles cómo hacer algo, no solo decir lo que está mal?
- ¿Estoy dispuesto y soy capaz de establecer expectativas claras y específicas?
Si respondemos sí a todas estas preguntas, seguramente nuestros motivos son los correctos y tendremos una alta probabilidad de comunicarnos efectivamente.
Finalmente, quiero dejarlos con una idea que aprendí de mi padre, generoso intelectual, “come libros”, empírico por naturaleza, librepensador y de quien heredé este deseo innato de comunicarme en todas las maneras posibles: una frase errática, una expresión salida desde las entrañas del pensamiento humano dice más acerca de algo que cualquier estudio deliberado sobre el mismo tema. ¡Visceral!