Imagen tomada de las redes sociales. |
Hace poco se llevó a cabo la más reciente edición de Ágiles Latinoamérica, Ágiles 2020. Iba a ser en Uruguay, quizás en Montevideo. Pero, por razones ampliamente conocidas o imaginadas por todos, se realizó de manera virtual. Como siempre, un evento que convoca a toda la Comunidad ágil de la región, incluso de Europa. Por ejemplo, en la charla que facilitara con mi gran amigo Jorge Abad sobre “de qué hablamos cuando hablamos de historias de usuario” había personas de España. La sorpresa es que allá eran las 2 de la madrugada del día siguiente.
A estas alturas del año, con quizás algunos miles de
horas más “frente a la pantalla” que en años anteriores debido a la situación
mundial, el entusiasmo de algunos no era el mismo. Sin embargo, hicimos lo
posible por llegar a la cita y por cumplir con quienes apoyan el evento, con quienes lo organizaron con corazón y con pasión. A todos ellos, muchas gracias.
Pero no quiero referirme a la organización, a las vicisitudes
del evento o a las sesiones, sino a su contenido. Específicamente a las
categorías de contenido que hubo en el encuentro. El llamado de trabajos a
presentar se hizo clasificado en cinco temas o “tracks”:
- Producto y clientes
- Liderazgo y cultura
- Equipos y coaching
- Software crafters
- Organizaciones ágiles
Y durante la apertura se hizo una encuesta rápida sobre
cuáles eran los intereses de los asistentes. Los resultados están en la imagen
superior (lo siento, no pude conseguir una mejor resolución). El hecho es que
desde ese mismo momento y aún después del evento llamó a muchos la atención de
que el tema “técnico” no fuera del interés general (hablo de la categoría de Software
crafters). El resultado muestra un interés de menos del 25 %, con una muestra
representativa de 209 personas que seleccionaban sus preferencias de manera
ordenada, de mayor a menor predilección. Y una primera cosa que debo aclarar es
que esta es la preferencia de los asistentes, de hecho, así nos gusta hacer las
cosas, con lo que les interesa a las personas “hoy”, no con lo que alguien más
piensa o presume que le puede servir o concernir.
Pues bien, para aquellos que piensan y sienten que esto
es un contrasentido, que se está perdiendo el interés por lo “técnico”, que las
personas que tenemos responsabilidades o roles como Scrum Master, coaches o
mentores ágiles, facilitadores o habilitadores, no estamos interesados o, peor
aún, no sabemos de lo técnico, y que todo esto es una consecuencia de lo que ha
venido pasando en los últimos no solo en el Ágiles Latinoamérica sino en otros
eventos de esa misma índole, los invito a reflexionar un poco sobre lo
siguiente:
Yo creo que tenemos que mirar el contexto. Desde mi punto
de vista esto quiere decir que el pensamiento ágil se está llevando a todos los
rincones de la organización y que ha salido de una vez por todas y para siempre
de las áreas de tecnología, sobre todo de las de desarrollo de software.
Es que pensar que los Scrum Masters deben saber de
software es decir que solo podemos usar Scrum para hacer desarrollo de
software, cuando, de hecho, hace muchos años hemos pasado esa frontera. Scrum
se usa hoy en muchos contextos fuera del desarrollo de software y fuera de lo
“técnico” (considerando “técnico” el software), porque cada área tiene su
“técnico”. Por ejemplo, si son equipos de Talento Humano, de Operaciones, de
Logística, de Mercadeo, de Ventas, incluso de la alta gerencia de la empresa,
los Scrum Masters no tienen porqué saber de desarrollo de software.
Si uso Scrum o cualquier otra práctica ágil para crear un
hospital, para desarrollar un producto o servicio que no tenga nada que ver con
software, para investigación y desarrollo, para enseñar (incluso para
aprender), para una empresa de preparación de matrimonios, para abrir y
gestionar una cafetería o un restaurante o un bar, para llevar a la cúspide a
un equipo deportivo, en fin, para cualquier otra cosa que no sea software,
entonces necesitamos otro tipo de agentes de cambio, de facilitadores o
habilitadores ágiles, de Scrum Masters, de personas que hagan el trabajo a “lo
ágil”.
Quizás eso es lo que quieren decir esos números. Ya
abordaremos el tema de si, cuando se trata de desarrollo de software, los Scrum
Masters deben saber de software o no, yo pienso que sí. Pero eso es algo
muy distinto a lo que estamos hablando aquí.
Debemos entender de una vez por todas y para siempre que
la agilidad y Scrum y Kanban y todas las demás prácticas que usamos hoy, no las
usamos solo para hacer software. ¿Tú que piensas? Por favor, déjamelo saber en
el foro.
¡Aunque sea cuales fueren tus pensamientos, espero verte en #Agiles2021 en Panamá!
Coletilla:
Hace algunos días se publicó la nueva versión de la guía
de Scrum, asunto que generó mucho interés entre la comunidad de practicantes
ágiles en todo el mundo. Sobre el tema que abordé en este artículo, tengo que
referirme a la declaración inicial que hacen los autores de la guía y
cocreadores de Scrum, Sutherland y Schwaber. Explícitamente dicen al inicio:
“Nos sentimos
honrados de ver que Scrum está siendo adoptado en muchos dominios que
tienen un trabajo esencialmente complejo, más allá del desarrollo de
productos de software donde Scrum tiene sus raíces”.
Es definitivo, hace mucho dejamos de usar Scrum solo para
desarrollo de software y las áreas de la empresa fuera de Tecnología son muchas
más. Quizás a ello se deba el interés creciente en otros temas ágiles.