Advertencia: agilidad sin prácticas técnicas no es agilidad.
Corolario: agilidad sin atención continua a la excelencia técnica
no es agilidad.
Quizás cuando no teníamos la experiencia que tenemos hoy y
empezábamos en esto de la agilidad no fuimos los mejores instructores, los
mejores maestros, los mejores acompañantes, los mejores facilitadores, los
mejores Scrum Masters. Incluso quizás no tuvimos los mejores maestros. Aunque
sí tengo que decir, que tanto nosotros como nuestros maestros siempre tuvimos
las mejores intenciones, de eso que no le quede la menor duda a nadie.
La proliferación aleatoria, desordenada y sin medida de “versiones”
tanto del pensamiento ágil, como de los marcos de trabajo y prácticas más
ampliamente usados actualmente, como Scrum, historias de usuario, SAFe, Kanban, DAD o el muchas veces explotado pero pocas entendido y mal usado modelo de las tribus y los squads ("sí, ese de Spotify").
No me malentiendan, todas esas “versiones” a las que aludo son bienvenidas, es
lo que exige el entorno VUCA en el que transitamos. Pero hay unas bases sólidas
sobre las que quizás no nos estamos levantando. Hablo del Manifiesto Ágil, del
corazón de la agilidad, de los valores y principios que promueven el
pensamiento ágil y todo este movimiento del que hacemos parte.
Muchos de quienes ya tenemos experiencia dejamos de enseñar temas
“básicos” o para principiantes. Además, de tanto hablar de o tratar algún tema
clasificado en esas categorías, hemos llegado a creer que ya todo el mundo
tiene claridad sobre ello cuando, de hecho, no es así. Al movimiento ágil sigue
sumándose gente todo el tiempo, de todo tipo, tanto a nivel personal como
profesional, al igual que equipos, áreas y organizaciones enteras que necesitan
de la ayuda de las personas que hayamos realizado muchos experimentos y que al
menos hayamos aprendido cómo reaccionar a los resultados de esos experimentos,
tanto exitosos como fallidos.
En nuestras economías, los equipos se están integrando y
desintegrando todo el tiempo, no permanecen en el tiempo. Todavía estamos lejos
de ese ideal que significa llevar proyectos a los equipos y abandonar para
siempre la práctica de llevar equipos a los proyectos. Las cosas así, los
equipos están en una eterna formación a lo Tuckman. Esto, sumado al constante
estado “Shu”, natural por demás, de los principiantes, hace necesario que
sigamos mirando hacia ese lado de las trincheras.
No nos estamos haciendo acompañar de las personas correctas.
Aclararé esto con una instancia: una de las grandes disfunciones que tenemos
los seres humanos, sobre todo quienes elegimos la tecnología como objeto de
trabajo, es la comunicación. Más si se trata de comunicación cara a cara. No
somos buenos comunicándonos. A no ser que lo hagamos vía WhatsApp o de
cualquiera de los artilugios que nos ha regalado la tecnología del siglo 21.
Ahora bien, el que el manifiesto ágil señale que “el método más eficiente y
efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros
es la conversación cara a cara” no logra por sí solo que seamos capaces de
conversar cara a cara. Ni siquiera porque se lo escuchemos a un gurú ágil, incluso
a alguno de los mismísimos firmantes del manifiesto, no.
Si no somos “buenos” hablando cara a cara es porque en
nuestra mente ocurren cosas que vienen desde hace mucho tiempo, quizás desde
antes de que naciéramos, qué sé yo. De eso se trata precisamente. Quienes
tenemos formación de Ingenieros, de programadores y similares, no tenemos la
formación académica ni la experiencia suficiente y necesaria para tratar esos “males”.
Y la mucha agilidad que transpiramos, practicamos y promovemos no va a
conseguir solucionarlos. Quizás hasta estamos empeorando la situación. Así es
que hagámonos acompañar de especialistas en esos temas tan ajenos a nosotros.
Y este apenas es uno de los muchos ejemplos que puedo
mencionar. No es precisamente vía una o varias retrospectivas, sin el debido
acompañamiento, que vamos a solucionar el problema de falta de comunicación
entre miembros del equipo. No es
precisamente vía reuniones uno-a-uno, o a través de más lean cafés, más
dinámicas de la confianza o más cervezas ágiles que vamos a curar algunas de
las enfermedades crónicas de las personas en este milenio.
Atención a que no estoy diciendo que tenemos mala intención.
Antes por el contrario. Queremos ayudar. Partimos de esa directiva. Pero no es
nuestra competencia. Es definitivo. La agilidad es sobre personas, es para
personas, antes que para equipos y mucho antes que para organizaciones. Y ser
personas no nos hace expertos en personas. Hay otros profesionales que sí lo
son. Busquémoslos, hagámoslos parte de nuestros equipos y empresas y trabajemos
con ellos de la mano, aprendamos de ellos, sin querer reemplazarlos en ningún
momento.
Sobre escalado y
otros aspectos
Estamos escalando disfunciones. Algunas de las razones que
expuse antes ocasionan esta situación. Lo que a su vez genera malos practicantes
del escalado, de la agilidad en los negocios, de la agilidad en Recursos
Humanos, en Operaciones, en Logística y en otras áreas fuera de las áreas de
Tecnología, que es donde usualmente se inician los procesos de cambio en el
enfoque ágil de hacer las cosas.
Llamado a la acción
Tomémonos un tiempo para reflexionar sobre estos asuntos de
interés para nuestro tiempo. Pensemos en la inmensa responsabilidad que tenemos
con los demás, estamos tratando de cambiar vidas y por una u otra razón no lo
estamos haciendo bien. Promulgamos el que los demás deben hacerse acompañar
(¡de nosotros!) pero nosotros no nos estamos acompañando de quienes
necesitamos.
Volvamos a las bases. No tratemos de correr cuando
deberíamos seguir caminando. ¡Cuántas veces he escuchado el “oye, ya llevas un
año en tal empresa y como que no ha pasado nada”! En un año o más pasan muchas
cosas, pero no todas las que esperamos y menos las que esperan los demás. Y un año
es un período muy pequeño para que se susciten grandes cambios en
organizaciones que vienen siendo conducidas por personas cuyo pensamiento
tradicional les impide darse cuenta de que el ritmo de cambio afuera es mayor
al de adentro.
Cumplamos la promesa y hagamos el cambio de manera orgánica.
Paso a paso. Sostenible. Constante. Eso sí, no nos olvidemos de que todos los enfoques
fallan, pero unos fallan más rápidos que otros.
Créditos de la imagen de la portada:
Trocadero Marbella Rugby Club, Marbella, España
Partido de rugby jugado el 14-01-2018 entre el Trocadero Marbella Rugby Club “B” y el Victoriano Rugby Club en el Bahia’s Park de Marbella. Estuvo lloviendo durante casi todo el partido formándose barro con lo que el juego se hizo dificil a la par que interesante y “atractivo”.
Foto de https://unsplash.com/photos/cK2UBBg4JI4