Una empresa
Ágil es una organización de personas comprometidas y centradas incansablemente
en proporcionar valor al cliente; que mejoran continuamente la forma en que
operan; y que utilizan el empirismo para adaptarse rápidamente al cambio de una
manera sostenible.
Todas las
organizaciones se adaptan a los cambios… ¡o casi todas! Pero las organizaciones
ágiles lo hacen más rápido, entrenan a su gente y mejoran continuamente la
forma en que crean valor. Estas empresas involucran e inspiran a las personas
en torno a causas audaces y nobles, no en torno a objetivos a corto plazo.
Hacen que la información esté abierta para la autorregulación, la innovación,
el aprendizaje y el control; no la restringen.
Estas empresas
confían en las personas y les dan libertad para actuar; y no castigan a todos
si alguien abusa de ello. Además, organizan los procesos de forma dinámica en
torno a los ritmos y eventos empresariales, no alrededor del calendario
laboral. Finalmente, pero quizás más importante, estas empresas ágiles conectan
el trabajo de todos sus asociados (empleados, colaboradores, etcétera) con las
necesidades del cliente; y evitan los conflictos de intereses.
Prácticas Técnicas
Cuando una
organización funciona de manera ágil, las prácticas técnicas son los
instrumentos utilizados por los equipos y los líderes para entregar valor al
cliente de forma rápida e incremental. Permiten construir correctamente el
producto correcto. Productos que los clientes amen y que impacten su estilo de
vida.
De acuerdo con Jorgen
Hesselberg, una lista mínima de
estos instrumentos incluye:
·
El
lienzo de modelo de negocio
·
Producto
Mínimo Viable (MVP) y la experimentación/validación de Lean Startup.
·
El
Costo de la Demora
· Scrum
· Kanban
· Value
Stream Mapping
·
eXtreme
Programming (XP): desarrollo conducido por pruebas (TDD), Integración Continúa,
Despliegue Continuo, Programación Par, Propiedad Colectiva del Código y
Refactoring (¡mi favorita!).
Lo más
importante es poner a trabajar todos estos utensilios al servicio de la
organización ágil y de las personas. De esta forma es posible construir no solo
correctamente el producto correcto, sino también, hacerlo a la velocidad
requerida para sobrevivir en el mercado cambiante y altamente competitivo de
hoy.
Sistemas Empresariales
En una
organización ágil, los sistemas empresariales son el conjunto de procesos,
herramientas, creencias y políticas en constante evolución que mejoran el
negocio. Estos sistemas permiten a los líderes tomar decisiones rápidas y
priorizar para entregar valor.
El liderazgo
habilita a los sistemas empresariales y estos a su vez soportan las prácticas
técnicas. En la práctica, estos sistemas o procesos de negocio posibilitan que los
equipos, líderes corporativos, analistas y gerentes trabajen en grupos de una
manera fluida y conectados para entregar valor al cliente.
Los procesos
organizacionales deben reflejar los nuevos paradigmas, como la salida continua de valor al mercado, el cliente en
el centro de la esfera corporativa, es más, el
cliente sentado en la mesa – no, las ideas no surgen del negocio, emergen
de los clientes, para ello el negocio se vale de instrumentos como user persona, user journey, experimentos de productos (productos y prototipos
mínimos viables o mínimos deseables), entrevistas con clientes y focus groups.
Sobre creencias
hablaremos a continuación.
Cultura
La cultura es
un conjunto de creencias y comportamientos organizacionales. Una organización
ágil apoya la capacidad de adaptarse a los cambios a medida que se producen. Se
otorga un gran valor a ser transparente y realista, incluso sobre las “malas
noticias”.
Las
organizaciones ágiles se están moviendo hacia una cultura de energía e
innovación. Están creando una cultura basada en la confianza –que hace posible
la delegación “pura” y el trabajo colaborativo -, ayudando a los equipos a
tomar posesión no solo de su trabajo sino de la empresa misma y no quitarles
nada, alineando sus metas (de los equipos) con las metas corporativas, las del
negocio y abordando honestamente la ambigüedad y la incertidumbre.
No es posible
mencionar cultura sin hablar de métricas. Las métricas son importantes para
evaluar e impulsar el progreso, pero pueden ser una barrera si funcionan para
la cultura antigua y no para el nuevo estado de las cosas. No, las métricas no
son para controlar, son para mejorar. ¡Siempre!
El
comportamiento de una organización se levanta sobre los valores y creencias de
la empresa, lo que creemos que es correcto: hablamos de coraje, de adaptación
rápida al cambio, relacionamiento entre personas, retroalimentación continua,
transparencia, respeto, colaboración. Más arriba en la pirámide de
sostenimiento cultural de la empresa están los modelos mentales, las estructuras
cognitivas, la forma cómo racionalizamos: la satisfacción del cliente, valor,
la conversación cara a cara, el compromiso, la calidad, la simplicidad en el
sentido de eliminar desperdicios.
Pero la cultura
de una organización se levanta sobre hombros de sus líderes. La cultura de una empresa
no puede sobrepasar la confianza, la eficiencia y el alcance combinado de sus
líderes. Precisamente, liderazgo es el tema del siguiente apartado.
Liderazgo
El trabajo de
los líderes es doble: 1) proporcionan una visión y parámetros que guiarán a la
organización. Confían en que los equipos son capaces de hacer su trabajo. 2)
Eliminan obstáculos y suavizan caminos, lo que permite que los equipos se
autoorganicen.
Hoy por hoy, un
líder es una persona que puede transformar su entorno o generar nuevos y
mejores espacios para él, las personas que trabajan con él y sus seguidores. Así
las cosas, un líder es capaz de crear un ambiente donde todas las personas se
sientan seguras para actuar y para cometer errores sin temor a represalias.
Ahora bien, lo
que distingue a los grandes líderes de los demás no es su coeficiente
intelectual o sus habilidades técnicas. De acuerdo con Daniel Coleman [2], se
trata de un grupo de cinco habilidades que habilitan a los mejores líderes para
maximizar su desempeño y el de sus seguidores.
·
Autoconciencia:
para conocer sus propias fortalezas, debilidades, valores, lo que los guía y el
impacto en los demás
·
Autorregulación:
para controlar o redirigir los impulsos disruptivos y estados de ánimo
·
Motivación:
para disfrutar sus logros por el bien propio
·
Empatía:
para entender el estado emocional de las demás personas
·
Habilidades
sociales: para construir una relación con los demás, para moverlos en la
dirección deseada
Todos tenemos
algo de esos atributos, nacemos con ellos y, quizás a medida que crecemos los
vamos perdiendo, algunos de nosotros más que otros. Pero los podemos fortalecer
a través de la práctica, la persistencia, a través de la retroalimentación de
amigos y colegas o de coaches.
Los dejo con mi
decálogo para ser un mejor líder:
1.
Lidera
mediante el ejemplo
2.
Conoce
bien tus limitaciones
3.
Aprende
del pasado
4.
Nunca
dejes de mejorar
5.
Practica
la comunicación efectivamente
6.
Algo
de humildad siempre cae bien
7.
Promulga
y cerciórate de que las reuniones sean efectivas
8.
Cultiva
el sentido de pertenencia
9.
Retroalimenta
y permite que te retroalimenten
10. Encuentra un mentor, siempre hay
alguien que puede enseñarte algo
Referencias
y otras lecturas:
· Unlocking
Agility: An Insider's Guide to Agile Enterprise Transformation, by Jorgen
Hesselberg
·
What Makes a Leader? By Daniel Goleman. Harvard Business Review.
·
Más
sobre cultura en mi artículo: cultura
ágil, ese oscuro objeto del deseo. Lo pueden encontrar haciendo clic en mi Gazafatonario.
·
La
idea original vino del artículo: https://searchcio.techtarget.com/tip/Four-ways-to-attain-business-agility
El
Póster
Puedes
descargar el póster de la portada para imprimir en alta resolución:
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